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domingo, 26 de mayo de 2013

Recibiendo Sanidad Divina por Medio de la Oración de Acuerdo

Recibir Sanidad 
Haciendo la Oración de Acuerdo 

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que esta en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
- Mateo 18:19-20

La Versión Amplificada de la Biblia lo traduce así: “Otra vez les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo (armonizan, hacen juntos una sinfonía) en la tierra acerca de alguna (cualquiera y toda) cosa que pidan, ocurrirá y será hecha por mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres se reúnen (unidos como mis seguidores) en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos.”

Por lo general mucha gente usa el versículo 20 fuera de contexto y dicen que 2 o 3 es el número mínimo para una iglesia. Pero la verdad es que está mostrando otra cosa ya que está ligado con el versículo anterior.

Lo que el versículo 20 quiere decir es: “Cuando dos personas están de acuerdo en oración, ahí está Jesús para respaldar lo que pidan.” Esta oración es exitosa porque Jesús es el que la respalda.

Para entender mejor este tipo de oración desmenucemos este pasaje.

Lo primero que se necesita es dos personas de acuerdo.

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra.

La palabra griega para pusieren de acuerdo es sumphoneo; que significa según W. E. Vine: “estar en acuerdo, principalmente en instrumentos musicales, se usa en el Nuevo Testamento para el acuerdo de personas respecto a una materia”.

De esta palabra es que viene sinfonía. Por eso la versión amplificada dice: “armonizan, hacen juntos una sinfonía.”

En nuestra iglesia local “La Palabra de Fe” (hoy La Comunidad Carismática de Lima) en Lima, Perú; participe del ministerio de música tocando la guitarra acústica.

En el grupo había varios instrumentos; guitarra acústica y eléctrica, bajo, sintetizadores, batería, bongo y trompeta, además de los cantantes.

Todos los viernes nos reuníamos para practicar las canciones que íbamos a cantar el domingo y aprender nuevas canciones para servicios futuros. A veces pasábamos más de una hora por canción, y a veces durante varias semanas, para poder tocar en armonía; pues, si no tocábamos juntos iba a salir mal la música del servicio.

Para el domingo estábamos listos para hacer una sinfonía, para que todo instrumento y voz se acoplen, y podíamos ser de bendición para la gente.

Si alguien no estaba preparado, y tocaba en otra nota o fuera de ritmo, iba ha causar confusión en el grupo, por eso el que no iba al ensayo, no tocaba o cantaba.

Para que hubiera sinfonía, todo el grupo debía estar acoplado y unido.

Lo mismo sucede con la oración.

Estando en el ministerio muchísimos años, en muchas ocasiones personas se me acercan para pedirme que oré de acuerdo con ellos. Por lo general, antes de orar les pregunto si creen que van a recibir lo que pidamos. Si ellos me dicen que si, hago la oración con ellos y veo que reciben lo que han creído. Pero, si me dicen: “Pastor, eso espero,” yo les digo que no voy a ora con ellos, porque no habría un acuerdo, ya que mientras ellos está esperando,  yo estoy creyendo. Si por casualidad hacíamos la oración, nunca recibían de Dios.

Lo segundo que debemos ver es que nuestra oración debe tener una meta: ellos deben querer alguna cosa.

Acerca de cualquier cosa que pidieren.

Debemos entender que para Dios no hay límites.

En Marcos 10:27, Jesús les dijo a sus discípulos: “Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.” En Mateo 1:37 el ángel Gabriel le dijo a María: “Porque nada hay imposible para Dios.”

Dios no tiene límites, somos nosotros los que limitamos a Dios. Para Dios no hay imposibles, todo lo que le pedimos, nos lo dará.

Tú también debes hacer algo para recibir de Dios.

En Marcos 9:23 Jesús le dijo al padre del endemoniado: “Jesús le dijo: Si puedes, al que cree todo le es posible.”

No importa que enfermedad tengas, para Dios no hay imposibles, puede que tengas cáncer, sida, diabetes, o lo que sea, para Dios no hay imposibles.

No le coloques un límite a Dios, el solo quiere que le pidas.

No seas de aquellos que dicen: “La sanidad no es para mí, yo soy uno de aquellos que Dios no va a sanar.”

Recuerda que no hay imposibles para Dios; al decir eso, le estás diciendo a Dios que no puede sanarte. El diablo es “el enfermador,” al decir que Dios no puede quitarte una enfermedad que el diablo te puso, estas diciendo que el diablo es mayor que Dios. ¿Estas dispuesto a creer eso?

No le pongas un límite a Dios, él tiene el poder para darte todo lo que le pidas, él sanará tu enfermedad.

Lo tercero es que Dios responderá tu oración.

Como dice al final del verso: “Les será hecho por mi Padre que esta en los cielos.” Esto significa que Dios te lo dará.

En 1 Juan 5:14-15 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”

Dios siempre responde tu oración y te da lo que le pides cuando oras de acuerdo a su voluntad; y la sanidad divina es parte de su voluntad. Por eso, Dios te dará todo lo que le pidas cuando estés de acuerdo con otra persona.
           
Lo cuarto que debes hacer es orar en el nombre de Jesús.

Como dice el verso 20: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”

De ahí vemos que la oración de acuerdo debe ser hecha en el nombre de Jesús.

¿Y que pasa cuando oramos en el nombre de Jesús? En Juan 16:23-24 dice que recibiremos todo lo que le pidamos.


Por eso, puedes hacer la oración de acuerdo con otra persona para recibir tu sanidad.

lunes, 20 de mayo de 2013

¿Extremaunción o Unción Extrema?


Ungiendo con Aceite 
en el Nombre de Jesús


En Santiago 5:14-15 dice: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubieren cometido pecados, le serán perdonados.”

En la Iglesia Católica han reemplazado esta oración por sanidad, por una oración para preparar al enfermo para la muerte. Sin embargo este pasaje dice: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará.” Es decir, el enfermo no morirá, el enfermo se salvará y se levantará de la cama totalmente sano.

Nosotros no practicamos la extremaunción, no estamos preparando al enfermo para su muerte, practicamos la "unción extrema", vamos donde el enfermo cuando nos llama, lo ungimos con aceite en el nombre del Señor, hacemos la oración de fe y el enfermo es sanado.


Este es el método de sanidad divina en el que se requiere menos fe del enfermo. Porque se requiere que otra persona ore por él y que se utilice un elemento que es el aceite. 

Esto no significa que no se requiera fe, pues, en Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

Además cuando el elemento del aceite se pone sobre el enfermo, el enfermo debe creer que en ese momento recibe su sanidad.

De ahí vemos que la fe es necesaria para poder recibir la sanidad. La pregunta es ¿cómo obtenemos la fe para recibir nuestra sanidad?

En Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios.” Nuestra fe para recibir sanidad viene de estar oyendo la Palabra de Dios.

Es interesante notar, que en este verso se usa la palabra griega rhema para palabra. Rhema significa una materia o tema específico; es decir, una materia o específico acerca de la Palabra de Dios. Entonces, la fe viene por el oír, y el oír, por los temas específicos de la Palabra de Dios.

Es por eso que la fe para recibir sanidad viene por estar oyendo una y otra vez lo que Dios dice acerca de la sanidad divina en Su Palabra.

Si quieres tener fe recibir tu sanidad tendrás que estar oyendo una y otra vez Isaías 53:4-5; Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24, donde dice que Jesús tomó nuestras enfermedades, llevó nuestras dolencias, sufrió nuestros dolores y que por Sus llagas fuimos curados.

Al ir a la Palabra de Dios sabrás la voluntad de Dios respecto a su voluntad; y como dice en 1 Juan 5:14-15: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa  conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”

En Marcos 1:40-42 vemos una historia que nos muestra la voluntad de Dios respecto a la sanidad divina: “Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó y le dijo: Quiero, se limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y quedó limpio.”

El leproso sabía que Jesús tenía el poder para sanarlo, pero no sabía si era la voluntad de Dios sanarlo.

En este pasaje Jesús muestra su voluntad hacia las enfermedades, Él tiene misericordia del enfermo y lo sana. Cuando Jesús le dijo al leproso: “Quiero, se limpio,” le estaba diciendo al mundo que él quería sanar a todos los hombres. Su voluntad es sanarnos.

En 3 Juan 2 volvemos a ver la voluntad de Dios respecto a la enfermedad: “Amado, yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.”

Una vez más nos encontramos con la voluntad de Dios, él desea que tengamos salud. El no desea que estemos enfermos.

Entonces al hacer la oración de fe por sanidad, estamos orando la voluntad de Dios, pues Dios quiere que estemos sanos.

Volviendo a la unción con aceite, podemos ver que en este tipo de oración, el enfermo llama a los ancianos de la iglesia para que lo unjan con aceite en el nombre de Jesús y hagan la oración de fe por él.

Los discípulos de Jesús usaron este método en Marcos 6:13, cuando Jesús envió a los doce de dos en dos: “Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.”

En este tipo de oración, el aceite es un símbolo de la unción del Espíritu Santo, y es un punto de contacto en el cual el enfermo desata su fe para ser sanado. Pero notemos que no es el aceite sino la oración de fe que hacen los ancianos de la iglesia lo que sana al enfermo.

Una señora llamó a su iglesia pidiendo que vaya el pastor a su casa porque su esposo se estaba muriendo; le respondieron las hermanas ancianas que se reunían para orar en la iglesia y le dijeron que no estaba en ese momento. Preguntó por la pastora y le dijeron que tampoco estaba.

Una de ellas dijo: "Nosotros somos las más ancianas de la iglesia, y la Biblia dice que los ancianos unjan al enfermo con aceite, así que dile que vamos nosotras."

Así que tomaron un taxi y se fueron a ver al enfermo.

Cuando llegaron a la casa le preguntaron a la hermana que llamó si tenía aceite, y les dijo que solo tenía una botella con aceite de cocina; le dijeron que los de y fueron a ver al enfermo.

El pobre hombre estaba inconsciente en la cama, el color de su piel mostraba su enfermedad. Las hermanas al verlo le echaron encima toda la botella de aceite e hicieron la oración de fe: "En el nombre de Jesús se sano." Y el hombre fue completamente sanado. Salió de la inconsciencia y el color le volvió as la piel.

Las ancianas de la iglesia habían hecho la oración de fe.

Hay algo mas que dice este pasaje: “Y si hubieren cometido pecados, le serán perdonados.”

Muchos enfermos piensan que Dios no los va ha sanar porque han hecho muchas cosas malas. Se sienten indignos de recibir el perdón de Dios. Sin embargo, aquí dice que sus pecados le serán perdonados. 



Estaba acompañando a una amiga al hospital de Neoplásicas en Lima, donde hacen tratamiento especializado para el cáncer, y ella escuchó que una mujer le predicaba a una otra diciéndole que estaba enferma porque estaba en pecado.

Que tal ignorancia, trayendo más condenación y culpabilidad a la pobre enferma cuando aquí dice que si hubiere cometido pecados sus pecados le serán perdonados.

La sanidad y el perdón van de la mano.

Así que, si no tienes fe para recibir sanidad por ti mismo, anda y llama a los ancianos de la iglesia para que te unjan con aceite y hagan por ti la oración de fe. 


sábado, 4 de mayo de 2013

Cómo Usar el Nombre de Jesús para Recibir tu Sanidad


Usando el Nombre de Jesús para Recibir Sanidad Divina

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
- Juan 14:13- 14


En este pasaje dice que debemos pedir en el nombre de Jesús. ¿A quien debemos pedirle?

Una traducción literal de este pasaje sería: “Yo haré todo lo que pidas en mi nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pides algo en mi nombre lo haré.”

La frase “al Padre,” que se usa en la Versión Reina Velera no se encuentra en el griego; fue aumentada por los traductores para contrastar ese versículo con Juan 16:23-24. Pero si algo deberíamos contrastar es el versículo 13 con el 14, en donde no se repite "al Padre". Las traducciones modernas de la Biblia han corregido esto.

Veamos el versículo 23 en otras versiones:

Biblia al Día
Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

Castillian
Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Biblia de Jerusalén
Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Dios Habla Hoy
Y todo lo que pidáis en mi nombre yo lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del Padre.

Biblia en Lenguaje Sencillo
Yo haré todo lo que ustedes me pidan. De ese modo haré que la gente vea, a través de mí, el poder que tiene Dios el Padre. 

Nueva Versión Internacional
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

La Biblia de las Américas
Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Nueva Biblia de los Hispanos
Y todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Junneman (Vulgata)
Y lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que sea glorificado el Padre en el Hijo. 

Reina Valera 1862
Y todo lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Nuevo Testamento de Besson
Y cualquier cosa que pidiereis en mi nombre, esto lo haré para que sea glorificado el Padre en el hijo. 

Biblia Textual
Y todo lo que pidáis en mi Nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 


Y no quiero colocar las traducciones en inglés que no utilizan la frase "al Padre".

Al colocar esa frase se pierde lo que Dios quiere decirnos. Además, la palabra que se usa para “pedir,” es aiteo que entre sus significados está la acción de exigir o demandar.

Este verbo es de tiempo aoristo, con voz activa, de modo subjuntivo, en segunda persona y número plural.

El hecho de ser aoristo significa que es una acción única o acción puntual no prolongada en el tiempo; la.voz activa es la conjugación del verbo en la cual el sujeto realiza, ejecuta o controla la acción del verbo. El subjuntivo es el modo de la irrealidad, expresa deseo y posibilidad. La segunda persona en plural significa que era para todo aquel que siguiese sus instrucciones.

El verbo "haré" es el griego poieo que significa hacer, realizar y llevar a cabo entre otros significados. Este verbo está en tiempo futuro, voz  primera persona en activa, modo indicativo y primera persona en singular.

El modo indicativo es el que se utiliza comúnmente para expresar las acciones reales que se llevan a cabo de forma cotidiana. Podemos decir que Jesús está diciendo que el hará o ejecutará cualquier cosa que le pidamos en Su nombre.

Lo que Jesús les estaba diciendo: “En el supuesto caso que alguien demande o exijas alguna cosa en mi nombre, sin duda alguna yo lo haré.”

Para los discípulos esto quedo bien claro; pues en Hechos 3:1-16 podemos ver como usaron el Nombre de Jesús: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entran en el templo. Este cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y los tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entro con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido. Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico de Salomón. Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a este? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Y por la fe en su nombre, a este, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este completa sanidad en presencia de todos vosotros.”

En este pasaje vemos que el uso del nombre de Jesús fue lo que trajo sanidad a este hombre. Pedro no usó una oración al Padre para que este hombre fuese sanado. El demandó la sanidad de este hombre en el nombre de Jesús.

Nosotros también debemos usar el nombre de Jesús en contra de la enfermedad y el diablo.

No es a Dios a quien le demandamos que nos sane; ya que en primer lugar, no fue Él quien te enfermó. Tampoco fue Él quien te robó la salud; fue el diablo, como hemos en otras entradas, el diablo es el autor de la enfermedad.

Innumerables veces en mi vida y ministerio he tenido que ordenarle a la enfermedad que salga tanto de mi cuerpo tanto como del de otras personas; debes entender que no fue Dios quien puso la enfermedad en tu cuerpo sino que Satanás es el autor de la enfermedad.

El asunto es que mucha piensa que Satanás se fue de vacaciones y le ha dejado su sucio trabajo a Dios.

Está es una vieja táctica de Satanás para que no usemos la autoridad que tenemos sobre él por la obra consumada de Jesús en la cruz y usemos el nombre de Jesús en su contra.

Pero nosotros sabemos lo que tenemos en Cristo y podemos exigirle que saque la enfermedad de nuestro cuerpo; así que demanda tu sanidad de esta manera: “Enfermedad, te ordeno en el nombre de Jesús que dejes mi cuerpo ahora mismo.” 

Hay sanidad en el nombre de Jesús, solamente debes de usarlo y traerá sanidad a tu vida. 

Así que nuevamente, cuando el diablo traiga enfermedad a tu vida, dile así: “Satanás, en el Nombre de Jesús, deja mi cuerpo ahora. Enfermedad, yo te ordeno salir de mi cuerpo en el nombre de Jesús.”


sábado, 18 de julio de 2009

Haciendo la Oración de Acuerdo Basados en Mateo 18:19-20

Haciendo la Oración de Acuerdo Basados en Mateo 18:19-20

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que esta en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
- Mateo 18:19-20

La Versión Amplificada lo traduce así: “Otra vez les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo (armonizan, hacen juntos una sinfonía) en la tierra acerca de alguna (cualquiera y toda) cosa que pidan, ocurrirá y será hecha por mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres se reúnen (unidos como mis seguidores) en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos.”

Por lo general mucha gente usa el verso 20 fuera de contexto y solo lo aplica para los servicios de la iglesia. Pero en realidad esto no es así, sino que los versos 19 y 20 van juntos.

Lo que el verso 20 quiere decir es: “Cuando dos personas están de acuerdo en oración, ahí está Jesús para respaldar lo que pidan.” Esta oración es exitosa porque Jesús es el que la respalda.

Para entender mejor este tipo de oración desmenucemos este pasaje.

Lo primero que se necesita es dos personas de acuerdo.

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra.

La palabra griega para pusieren de acuerdo es sumphoneo; que significa según W. E. Vine: “estar en acuerdo, principalmente en instrumentos musicales, se usa en el Nuevo Testamento para el acuerdo de personas respecto a una materia”.

De esta palabra es que viene sinfonía. Por eso la versión amplificada dice: “armonizan, hacen juntos una sinfonía.”

En nuestra iglesia local “La Palabra de Fe” (hoy La Comunidad Carismática de Lima) en Lima, Perú; participaba del ministerio de música tocando la guitarra acústica.

En el grupo había varios instrumentos; guitarra acústica y eléctrica, bajo, sintetizadores, batería, bongo y trompeta, además de los cantantes.

Todos los viernes nos reuníamos para practicar las canciones que íbamos a cantar el domingo y aprender nuevas canciones para servicios futuros. A veces pasábamos más de una hora por canción, y a veces durante varias semanas, para poder tocar en armonía; pues, si no tocábamos juntos iba a salir mal la música del servicio.

Para el domingo estábamos listos para hacer una sinfonía, para que todo instrumento y voz se acoplen, y podíamos ser de bendición para la gente.

Si alguien no estaba preparado, y tocaba en otra nota o fuera de ritmo, iba ha causar confusión en el grupo, por eso el que no iba al ensayo, no tocaba o cantaba.

Para que hubiera sinfonía, todo el grupo debía estar acoplado y unido.

Lo mismo sucede con la oración.

Cuando fui pastor en Talara, ciudad petrolera al norte del Perú, muchas personas venían para pedir que oré de acuerdo con ellos; por lo general, les preguntaba si ellos creían que iban a recibir lo que pedíamos, si ellos me decían que si, yo oraba con ellos y recibían; pero, si me decían: “pastor, eso espero,” yo les decía que no iba a ora por ellos, porque ellos estaban esperando, mientras que yo estaba creyendo. Si por casualidad hacíamos la oración, nunca recibían de Dios.

Lo segundo que debemos ver es que nuestra oración debe tener una meta: acerca de cualquiera cosa que pidieren.

Debemos entender que para Dios no hay límites.

En Marcos 10:27, Jesús les dijo a sus discípulos: “Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.” En Mateo 1:37 el ángel Gabriel le dijo a María: “Porque nada hay imposible para Dios.”

Dios no tiene límites, somos nosotros los que limitamos a Dios. Para Dios no hay imposibles, todo lo que le pedimos, nos lo dará.

Tú también debes hacer algo para recibir de Dios.

En Marcos 9:23 Jesús le dijo al padre del endemoniado: “Jesús le dijo: Si puedes, al que cree todo le es posible.”

No importa que enfermedad tengas, para Dios no hay imposibles, puede que tengas cáncer, sida, diabetes, o lo que sea, para Dios no hay imposibles.

No le coloques un límite a Dios, el solo quiere que le pidas.

No seas de aquellos que dicen: “La sanidad no es para mí, yo soy uno de aquellos que Dios no va a sanar.”

Recuerda que no hay imposibles para Dios; al decir eso, le estás diciendo a Dios que El no puede sanarte. El diablo es “el enfermador,” al decir que Dios no puede quitarte una enfermedad que el diablo te ha puesto, estas diciendo que el diablo es mayor que Dios. ¿Estas dispuesto a creer eso?

No le pongas un límite a Dios, él tiene el poder para darte todo lo que le pidas, él sanará tu enfermedad.

Lo tercero es que Dios responderá tu oración.

Como dice al final del verso: “Les será hecho por mi Padre que esta en los cielos.” Esto significa que Dios te lo dará.

En 1 Juan 5:14-15 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”

Dios siempre responde tu oración y te da lo que le pides cuando oras de acuerdo a su voluntad; y la sanidad divina es parte de su voluntad.

Por eso, Dios te dará todo lo que le pidas cuando estés de acuerdo con otra persona.

Lo cuarto que debes hacer es orar en el nombre de Jesús.

Como dice el verso 20: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”

De ahí vemos que la oración de acuerdo debe ser hecha en el nombre de Jesús.

¿Y que pasa cuando oramos en el nombre de Jesús? En Juan 16:23-24 dice que recibiremos todo lo que le pidamos.

Por eso, puedes hacer la oración de acuerdo con otra persona para recibir tu sanidad.

lunes, 18 de mayo de 2009

La Sanidad y el Nombre de Jesús - Parte 3

Esto lo he visto una y otra vez en mi vida, compartiendo en casas, iglesias y campañas; individualmente o en masa, sencillamente ordenar en el nombre de Jesús que la enfermedad se vaya.

Un pastor me llamó una vez “el último pentecostal tranquilo”, y es que en se sorprendió que cuando ministré en su iglesia, sin gritar, saltar, ni niguna otra manifestación externa, la gente fue sanada con un sencillo: “Sean sanos en el nombre de Jesús”.

No son las acciones externas lo que traen la sanidad sino el nombre de Jesús en contra de la enfermadad.

Hay sanidad en el nombre de Jesús, solamente debes de usarlo y traerá sanidad a tu vida.

Cuando el diablo traiga enfermedad a tu vida, dile así: “Satanás, en el Nombre de Jesús, deja mi cuerpo ahora. Enfermedad, yo te ordeno salir de mi cuerpo en el nombre de Jesús.”

Tú tienes la autoridad, úsala ahora y recibe tu sanidad.

Otro aspecto del nombre de Jesús y la sanidad es cuando oramos al Padre en el Nombre de Jesús para recibirla.

En Juan 16:23-24 dice: “En aquel día no me preguntareis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”.

Este método es diferente al anterior; mientras que en Juan 14:13-14 dice que usemos el nombre de Jesús en contra de la enfermedad; aquí nos dice que oremos al Padre en el Nombre de Jesús.

Esta es la oración del Nuevo Pacto. Cuando Jesús dijo: “En aquel día,” el se refería a un día que todavía no estaban viviendo. El día en que los apóstoles pasarían del Antiguo al Nuevo Pacto.

Cuando Jesús hizo esta declaración, ellos estaban todavía en el Antiguo Pacto, pues Jesús aun no había muerto, resucitado y ascendido al Cielo.

Sin embargo, estaba por llegar el día en que se iba a empezar el nuevo pacto, donde la gente podría orar al Padre en el Nombre de Jesús.

¿Cuál seria el resultado de ese beneficio que Jesús les estaba anunciando que pronto tendrían?

Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

De ahí vemos que la oración de la iglesia es orar al Padre en el Nombre de Jesús. No hay ningún otro nombre en el cual debemos orar.

Si el creyente quiere recibir algo de Dios en oración, debe ser hecho en el nombre de Jesús, y todo lo que pida lo recibirá. Y la sanidad está incluida en la oración.

He visto a mucha gente ser sanada por la oración en el nombre de Jesús. También en mi vida diaria he visto sanidades por orar al Padre en el nombre de Jesús.

Otra cosa que vemos en este pasaje es la forma como nos acercamos a Dios, en el Nuevo Pacto, Dios es nuestro Padre.

Como vimos antes en el Antiguo Pacto los israelitas eran siervos de Dios, pero en el Nuevo, nosotros somos hijos de Dios.

Nuestra oración siempre es al Padre; no le pedimos a Jesús, ni al Espíritu Santo, ni a ningún ángel o persona, le pedimos a Dios. Esa es la forma bíblica.

Además en Juan 16:24 dice: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”

¿Hay alguna persona que esté feliz de ser enferma? ¿Nuestro gozo se cumple cuando tenemos dolor?

Muchas veces he orado por gente con dolor, la tristeza y sufrimiento se reflejaba en su rostro, pero al recibir su sanidad en el nombre de Jesús, tu veías como cambiaba su rostro, podías ver el gozo y la felicidad en su rostro.

Tu gozo se cumplirá cuando tu le pidas al Padre que te que recibas la sanidad que proveyó para ti en su plan de redención en el nombre de Jesús, El responderá y la enfermedad se ira de tu cuerpo.

Pídele ahora al Padre recibir tu sanidad en el nombre de Jesús, y la tendrás.

viernes, 8 de mayo de 2009

La Sanidad y el Nombre de Jesús - Parte 2

Para los discípulos esto quedo bien claro; pues en Hechos 3:1-16 podemos ver como usaron el Nombre de Jesús: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entran en el templo. Este cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y los tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entro con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido. Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico de Salomón. Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a este? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Y por la fe en su nombre, a este, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este completa sanidad en presencia de todos vosotros.”

En este pasaje vemos que el nombre de Jesús fue lo que trajo sanidad a este hombre. Pedro no usó una oración para que este hombre sane. El demandó la sanidad de este hombre en el nombre de Jesús.

Nosotros también debemos usar el nombre de Jesús en contra de la enfermedad y el diablo.

No es a Dios a quien le demandemos que nos sane; en primer lugar, no fue El quien nos enfermó. Tampoco fue él quien te robó la salud; fue el diablo, como hemos visto antes, el diablo es el autor de la enfermedad.

El día de año nuevo del primer año que estuve de misioneros en Chile, vino una tía a nuestra casa, ella tenía una gastritis, la cual le causaba dolor y no le permitía comer.

Le dijimos que queríamos orar por ella para que fuese sana. Ella nos dijo que estaba bien. Fuimos con ella un cuarto aparte, y le empezamos a compartir lo que Jesús había hecho por ella en la obra de redención. Le dijimos que Jesús pago el precio de nuestra salvación y nuestra sanidad.

Le preguntamos si quería recibir a Jesús, y ella dijo que sí. Después que la guiamos a la salvación le dijimos que íbamos a orar para que ella sanase.

Demandamos su sanidad de esta manera: “Enfermedad, te ordenamos en el nombre de Jesús que la dejes. Gastritis, te ordenamos salir de ella.”

Cuando salimos del cuarto ella estaba totalmente sana.

Ese año nuevo, pudo participar de la cena sin ningún problema.

viernes, 1 de mayo de 2009

La Sanidad y el Nombre de Jesús

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
- Juan 14:13 - 14

En este pasaje dice que debemos pedir en el nombre de Jesús. ¿A quien debemos pedirle?

Una traducción literal de este pasaje sería: “Yo haré todo lo que pidas en mi nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pides algo en mi nombre lo haré.”

La frase “al Padre,” no se encuentra en el griego. Fue aumentada por Reina y Valera para contrastarlo con Juan 16:23-24. Las traducciones más recientes de la de la Biblia han corregido esto.

Veamos como lo traducen otras versiones:

Juan 14:13 (Biblia al Día)
13 Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

Juan 14:13 (Biblia Latinoamericana)
13 Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo.

Juan 14:13 (Biblia del Pueblo de Dios)
13 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Hombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Juan 14:13 (La Biblia de las Américas)
13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Juan 14:13 (Nueva Biblia de los Hispanos)
13 Y todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Juan 14:13 (Nueva Versión Internacional)
13 Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

Juan 14:13 (Versión Peshitta)
13 Y lo que pidan en mi Nombre, les concederé, para que el Padre sea glorificado en su Hijo.


Incluso la Revisión de la Reina Valera de 1865, casí 100 años antes de la versión 1960, ya había la corregido ese pasaje: “Y todo lo que pidiereis en mi nombre, esto haré; para que el Padre sea glorificado en el Hijo.”

Al colocar esa frase se pierde lo que Dios quiere decirnos, pues, nos hace de pensar que esta hablando de oración cuando no es así.

Además, la palabra griega aiteo que se usa para “pedir”, es una palabra que nos muestra la acción de exigir o demandar.

Podemos escribir este pasaje de este modo: “Todo lo que demandes, o exijas, en mi nombre, yo lo haré.”

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