Esto lo he visto una y otra vez en mi vida, compartiendo en casas, iglesias y campañas; individualmente o en masa, sencillamente ordenar en el nombre de Jesús que la enfermedad se vaya.
Un pastor me llamó una vez “el último pentecostal tranquilo”, y es que en se sorprendió que cuando ministré en su iglesia, sin gritar, saltar, ni niguna otra manifestación externa, la gente fue sanada con un sencillo: “Sean sanos en el nombre de Jesús”.
No son las acciones externas lo que traen la sanidad sino el nombre de Jesús en contra de la enfermadad.
Hay sanidad en el nombre de Jesús, solamente debes de usarlo y traerá sanidad a tu vida.
Cuando el diablo traiga enfermedad a tu vida, dile así: “Satanás, en el Nombre de Jesús, deja mi cuerpo ahora. Enfermedad, yo te ordeno salir de mi cuerpo en el nombre de Jesús.”
Tú tienes la autoridad, úsala ahora y recibe tu sanidad.
Otro aspecto del nombre de Jesús y la sanidad es cuando oramos al Padre en el Nombre de Jesús para recibirla.
En Juan 16:23-24 dice: “En aquel día no me preguntareis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”.
Este método es diferente al anterior; mientras que en Juan 14:13-14 dice que usemos el nombre de Jesús en contra de la enfermedad; aquí nos dice que oremos al Padre en el Nombre de Jesús.
Esta es la oración del Nuevo Pacto. Cuando Jesús dijo: “En aquel día,” el se refería a un día que todavía no estaban viviendo. El día en que los apóstoles pasarían del Antiguo al Nuevo Pacto.
Cuando Jesús hizo esta declaración, ellos estaban todavía en el Antiguo Pacto, pues Jesús aun no había muerto, resucitado y ascendido al Cielo.
Sin embargo, estaba por llegar el día en que se iba a empezar el nuevo pacto, donde la gente podría orar al Padre en el Nombre de Jesús.
¿Cuál seria el resultado de ese beneficio que Jesús les estaba anunciando que pronto tendrían?
Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
De ahí vemos que la oración de la iglesia es orar al Padre en el Nombre de Jesús. No hay ningún otro nombre en el cual debemos orar.
Si el creyente quiere recibir algo de Dios en oración, debe ser hecho en el nombre de Jesús, y todo lo que pida lo recibirá. Y la sanidad está incluida en la oración.
He visto a mucha gente ser sanada por la oración en el nombre de Jesús. También en mi vida diaria he visto sanidades por orar al Padre en el nombre de Jesús.
Otra cosa que vemos en este pasaje es la forma como nos acercamos a Dios, en el Nuevo Pacto, Dios es nuestro Padre.
Como vimos antes en el Antiguo Pacto los israelitas eran siervos de Dios, pero en el Nuevo, nosotros somos hijos de Dios.
Nuestra oración siempre es al Padre; no le pedimos a Jesús, ni al Espíritu Santo, ni a ningún ángel o persona, le pedimos a Dios. Esa es la forma bíblica.
Además en Juan 16:24 dice: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”
¿Hay alguna persona que esté feliz de ser enferma? ¿Nuestro gozo se cumple cuando tenemos dolor?
Muchas veces he orado por gente con dolor, la tristeza y sufrimiento se reflejaba en su rostro, pero al recibir su sanidad en el nombre de Jesús, tu veías como cambiaba su rostro, podías ver el gozo y la felicidad en su rostro.
Tu gozo se cumplirá cuando tu le pidas al Padre que te que recibas la sanidad que proveyó para ti en su plan de redención en el nombre de Jesús, El responderá y la enfermedad se ira de tu cuerpo.
Pídele ahora al Padre recibir tu sanidad en el nombre de Jesús, y la tendrás.
Un pastor me llamó una vez “el último pentecostal tranquilo”, y es que en se sorprendió que cuando ministré en su iglesia, sin gritar, saltar, ni niguna otra manifestación externa, la gente fue sanada con un sencillo: “Sean sanos en el nombre de Jesús”.
No son las acciones externas lo que traen la sanidad sino el nombre de Jesús en contra de la enfermadad.
Hay sanidad en el nombre de Jesús, solamente debes de usarlo y traerá sanidad a tu vida.
Cuando el diablo traiga enfermedad a tu vida, dile así: “Satanás, en el Nombre de Jesús, deja mi cuerpo ahora. Enfermedad, yo te ordeno salir de mi cuerpo en el nombre de Jesús.”
Tú tienes la autoridad, úsala ahora y recibe tu sanidad.
Otro aspecto del nombre de Jesús y la sanidad es cuando oramos al Padre en el Nombre de Jesús para recibirla.
En Juan 16:23-24 dice: “En aquel día no me preguntareis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”.
Este método es diferente al anterior; mientras que en Juan 14:13-14 dice que usemos el nombre de Jesús en contra de la enfermedad; aquí nos dice que oremos al Padre en el Nombre de Jesús.
Esta es la oración del Nuevo Pacto. Cuando Jesús dijo: “En aquel día,” el se refería a un día que todavía no estaban viviendo. El día en que los apóstoles pasarían del Antiguo al Nuevo Pacto.
Cuando Jesús hizo esta declaración, ellos estaban todavía en el Antiguo Pacto, pues Jesús aun no había muerto, resucitado y ascendido al Cielo.
Sin embargo, estaba por llegar el día en que se iba a empezar el nuevo pacto, donde la gente podría orar al Padre en el Nombre de Jesús.
¿Cuál seria el resultado de ese beneficio que Jesús les estaba anunciando que pronto tendrían?
Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
De ahí vemos que la oración de la iglesia es orar al Padre en el Nombre de Jesús. No hay ningún otro nombre en el cual debemos orar.
Si el creyente quiere recibir algo de Dios en oración, debe ser hecho en el nombre de Jesús, y todo lo que pida lo recibirá. Y la sanidad está incluida en la oración.
He visto a mucha gente ser sanada por la oración en el nombre de Jesús. También en mi vida diaria he visto sanidades por orar al Padre en el nombre de Jesús.
Otra cosa que vemos en este pasaje es la forma como nos acercamos a Dios, en el Nuevo Pacto, Dios es nuestro Padre.
Como vimos antes en el Antiguo Pacto los israelitas eran siervos de Dios, pero en el Nuevo, nosotros somos hijos de Dios.
Nuestra oración siempre es al Padre; no le pedimos a Jesús, ni al Espíritu Santo, ni a ningún ángel o persona, le pedimos a Dios. Esa es la forma bíblica.
Además en Juan 16:24 dice: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”
¿Hay alguna persona que esté feliz de ser enferma? ¿Nuestro gozo se cumple cuando tenemos dolor?
Muchas veces he orado por gente con dolor, la tristeza y sufrimiento se reflejaba en su rostro, pero al recibir su sanidad en el nombre de Jesús, tu veías como cambiaba su rostro, podías ver el gozo y la felicidad en su rostro.
Tu gozo se cumplirá cuando tu le pidas al Padre que te que recibas la sanidad que proveyó para ti en su plan de redención en el nombre de Jesús, El responderá y la enfermedad se ira de tu cuerpo.
Pídele ahora al Padre recibir tu sanidad en el nombre de Jesús, y la tendrás.
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