Recibir Sanidad
Haciendo la Oración de Acuerdo
Otra vez os
digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de
cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que esta en los
cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo
en medio de ellos.
- Mateo
18:19-20
La Versión
Amplificada de la Biblia lo traduce así: “Otra vez les
digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo (armonizan, hacen juntos una
sinfonía) en la tierra acerca de alguna (cualquiera y toda) cosa que pidan,
ocurrirá y será hecha por mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o
tres se reúnen (unidos como mis seguidores) en mi nombre, allí estaré yo en medio
de ellos.”
Por lo
general mucha gente usa el versículo 20 fuera de contexto y dicen que 2 o 3 es el número mínimo para una iglesia. Pero la verdad es que está mostrando otra cosa ya que está ligado con el versículo anterior.
Lo que el
versículo 20 quiere decir es: “Cuando dos
personas están de acuerdo en oración, ahí está Jesús para respaldar lo que
pidan.” Esta oración es exitosa porque Jesús es el que la respalda.
Para
entender mejor este tipo de oración desmenucemos este pasaje.
Lo primero que se necesita es dos personas
de acuerdo.
Otra vez os
digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra.
La palabra
griega para pusieren de acuerdo es sumphoneo;
que significa según W. E. Vine: “estar en
acuerdo, principalmente en instrumentos musicales, se usa en el Nuevo Testamento
para el acuerdo de personas respecto a una materia”.
De esta
palabra es que viene sinfonía. Por eso la versión amplificada dice: “armonizan,
hacen juntos una sinfonía.”
En nuestra
iglesia local “La Palabra de Fe” (hoy La Comunidad Carismática de Lima) en
Lima, Perú; participe del ministerio de música tocando la guitarra acústica.
En el grupo
había varios instrumentos; guitarra acústica y eléctrica, bajo, sintetizadores,
batería, bongo y trompeta, además de los cantantes.
Todos los
viernes nos reuníamos para practicar las canciones que íbamos a cantar el
domingo y aprender nuevas canciones para servicios futuros. A veces pasábamos
más de una hora por canción, y a veces durante varias semanas, para poder tocar
en armonía; pues, si no tocábamos juntos iba a salir mal la música del
servicio.
Para el
domingo estábamos listos para hacer una sinfonía, para que todo instrumento y
voz se acoplen, y podíamos ser de bendición para la gente.
Si alguien
no estaba preparado, y tocaba en otra nota o fuera de ritmo, iba ha causar
confusión en el grupo, por eso el que no iba al ensayo, no tocaba o cantaba.
Para que
hubiera sinfonía, todo el grupo debía estar acoplado y unido.
Lo mismo
sucede con la oración.
Estando en el ministerio muchísimos años, en muchas ocasiones personas se me acercan para pedirme que oré de acuerdo con ellos. Por lo general, antes de orar les pregunto si
creen que van a recibir lo que pidamos. Si ellos me dicen que si, hago la oración con ellos y veo que reciben lo que han creído. Pero, si me dicen: “Pastor, eso espero,” yo les
digo que no voy a ora con ellos, porque no habría un acuerdo, ya que mientras ellos está esperando, yo estoy creyendo. Si por casualidad hacíamos la oración, nunca recibían de
Dios.
Lo segundo que debemos ver es que nuestra
oración debe tener una meta: ellos deben querer alguna cosa.
Acerca de cualquier cosa que pidieren.
Debemos
entender que para Dios no hay límites.
En Marcos
10:27, Jesús les dijo a sus discípulos: “Entonces
Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no;
porque todas las cosas son posibles para Dios.” En Mateo 1:37 el ángel Gabriel
le dijo a María: “Porque nada hay imposible para Dios.”
Dios no
tiene límites, somos nosotros los que limitamos a Dios. Para Dios no hay
imposibles, todo lo que le pedimos, nos lo dará.
Tú también
debes hacer algo para recibir de Dios.
En Marcos
9:23 Jesús le dijo al padre del endemoniado: “Jesús le dijo: Si puedes, al que cree todo le es posible.”
No importa
que enfermedad tengas, para Dios no hay imposibles, puede que tengas cáncer,
sida, diabetes, o lo que sea, para Dios no hay imposibles.
No le
coloques un límite a Dios, el solo quiere que le pidas.
No seas de
aquellos que dicen: “La sanidad no es
para mí, yo soy uno de aquellos que Dios no va a sanar.”
Recuerda que
no hay imposibles para Dios; al decir eso, le estás diciendo a Dios que no
puede sanarte. El diablo es “el enfermador,” al decir que Dios no puede
quitarte una enfermedad que el diablo te puso, estas diciendo que el diablo es
mayor que Dios. ¿Estas dispuesto a creer eso?
No le pongas
un límite a Dios, él tiene el poder para darte todo lo que le pidas, él sanará
tu enfermedad.
Lo tercero es que Dios responderá tu
oración.
Como dice al
final del verso: “Les será hecho por mi
Padre que esta en los cielos.” Esto significa que Dios te lo dará.
En 1 Juan
5:14-15 dice: “Y esta es la confianza que
tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y
si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos
las peticiones que le hayamos hecho.”
Dios siempre
responde tu oración y te da lo que le pides cuando oras de acuerdo a su
voluntad; y la sanidad divina es parte de su voluntad. Por eso, Dios te dará
todo lo que le pidas cuando estés de acuerdo con otra persona.
Lo cuarto que debes hacer es orar en el nombre
de Jesús.
Como dice el
verso 20: “Porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
De ahí vemos
que la oración de acuerdo debe ser hecha en el nombre de Jesús.
¿Y que pasa
cuando oramos en el nombre de Jesús? En Juan 16:23-24 dice que recibiremos todo
lo que le pidamos.
Por eso,
puedes hacer la oración de acuerdo con otra persona para recibir tu sanidad.