Ungiendo con Aceite
en el Nombre de Jesús
En Santiago
5:14-15 dice: “¿Está alguno enfermo entre
vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con
aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el
Señor lo levantará; y si hubieren cometido pecados, le serán perdonados.”
En la Iglesia Católica han reemplazado esta oración por sanidad, por una oración para preparar al enfermo para la muerte. Sin embargo este pasaje dice: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará.” Es decir, el enfermo no morirá, el enfermo se salvará y se levantará de la cama totalmente sano.
Nosotros no practicamos la extremaunción, no estamos preparando al enfermo para su muerte, practicamos la "unción extrema", vamos donde el enfermo cuando nos llama, lo ungimos con aceite en el nombre del Señor, hacemos la oración de fe y el enfermo es sanado.
Este es el
método de sanidad divina en el que se requiere menos fe del enfermo. Porque se requiere que otra persona ore por él y que se utilice un elemento que es el aceite.
Esto no significa que no se requiera fe, pues, en Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.”
Además cuando el elemento del aceite se pone sobre el enfermo, el enfermo debe creer que en ese momento recibe su sanidad.
De ahí vemos
que la fe es necesaria para poder recibir la sanidad. La pregunta es ¿cómo
obtenemos la fe para recibir nuestra sanidad?
En Romanos
10:17 dice: “Así que la fe es por el oír,
y el oír, por la Palabra de Dios.” Nuestra fe para recibir sanidad viene de
estar oyendo la Palabra de Dios.
Es
interesante notar, que en este verso se usa la palabra griega rhema para
palabra. Rhema significa una materia o tema específico; es decir, una materia o
específico acerca de la Palabra de Dios. Entonces, la fe viene por el oír, y el
oír, por los temas específicos de la Palabra de Dios.
Es por eso que la fe para recibir sanidad viene por estar oyendo una y otra vez lo que
Dios dice acerca de la sanidad divina en Su Palabra.
Si quieres
tener fe recibir tu sanidad tendrás que estar oyendo una y otra vez Isaías
53:4-5; Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24, donde dice que Jesús tomó nuestras
enfermedades, llevó nuestras dolencias, sufrió nuestros dolores y que por Sus llagas fuimos curados.
Al ir a la
Palabra de Dios sabrás la voluntad de Dios respecto a su voluntad; y como dice
en 1 Juan 5:14-15: “Y esta es la
confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si
sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos
las peticiones que le hayamos hecho.”
En Marcos
1:40-42 vemos una historia que nos muestra la voluntad de Dios respecto a la
sanidad divina: “Vino a él un leproso,
rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús
teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó y le dijo: Quiero, se
limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y
quedó limpio.”
El leproso
sabía que Jesús tenía el poder para sanarlo, pero no sabía si era la voluntad
de Dios sanarlo.
En este
pasaje Jesús muestra su voluntad hacia las enfermedades, Él tiene misericordia
del enfermo y lo sana. Cuando Jesús le dijo al leproso: “Quiero, se limpio,” le estaba diciendo al mundo que él quería
sanar a todos los hombres. Su voluntad es sanarnos.
En 3 Juan 2
volvemos a ver la voluntad de Dios respecto a la enfermedad: “Amado, yo deseo que tu seas prosperado en
todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.”
Una vez más
nos encontramos con la voluntad de Dios, él desea que tengamos salud. El no
desea que estemos enfermos.
Entonces al
hacer la oración de fe por sanidad, estamos orando la voluntad de Dios, pues
Dios quiere que estemos sanos.
Volviendo a
la unción con aceite, podemos ver que en este tipo de oración, el enfermo llama
a los ancianos de la iglesia para que lo unjan con aceite en el nombre de Jesús y hagan la oración de
fe por él.
Los
discípulos de Jesús usaron este método en Marcos 6:13, cuando Jesús envió a los
doce de dos en dos: “Y echaban fuera
muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.”
En este tipo
de oración, el aceite es un símbolo de la unción del Espíritu Santo, y es un
punto de contacto en el cual el enfermo desata su fe para ser sanado. Pero
notemos que no es el aceite sino la oración de fe que hacen los ancianos de la
iglesia lo que sana al enfermo.
Una señora llamó a su iglesia pidiendo que vaya el pastor a su casa porque su esposo se estaba muriendo; le respondieron las hermanas ancianas que se reunían para orar en la iglesia y le dijeron que no estaba en ese momento. Preguntó por la pastora y le dijeron que tampoco estaba.
Una de ellas dijo: "Nosotros somos las más ancianas de la iglesia, y la Biblia dice que los ancianos unjan al enfermo con aceite, así que dile que vamos nosotras."
Así que tomaron un taxi y se fueron a ver al enfermo.
Cuando llegaron a la casa le preguntaron a la hermana que llamó si tenía aceite, y les dijo que solo tenía una botella con aceite de cocina; le dijeron que los de y fueron a ver al enfermo.
El pobre hombre estaba inconsciente en la cama, el color de su piel mostraba su enfermedad. Las hermanas al verlo le echaron encima toda la botella de aceite e hicieron la oración de fe: "En el nombre de Jesús se sano." Y el hombre fue completamente sanado. Salió de la inconsciencia y el color le volvió as la piel.
Las ancianas de la iglesia habían hecho la oración de fe.
Hay algo
mas que dice este pasaje: “Y si hubieren
cometido pecados, le serán perdonados.”
Muchos
enfermos piensan que Dios no los va ha sanar porque han hecho muchas cosas
malas. Se sienten indignos de recibir el perdón de Dios. Sin embargo, aquí dice
que sus pecados le serán perdonados.
Estaba acompañando a una amiga al hospital de Neoplásicas en Lima, donde hacen tratamiento especializado para el cáncer, y ella escuchó que una mujer le predicaba a una otra diciéndole que estaba enferma porque estaba en pecado.
Que tal ignorancia, trayendo más condenación y culpabilidad a la pobre enferma cuando aquí dice que si hubiere cometido pecados sus pecados le serán perdonados.
La sanidad y el perdón van de la mano.
Así que, si
no tienes fe para recibir sanidad por ti mismo, anda y llama a los ancianos de
la iglesia para que te unjan con aceite y hagan por ti la oración de fe.