miércoles, 1 de abril de 2009

Tres Pasos Para Recibir Tu Milagro - 1

Introducción

Y allí predicaban el evangelio. Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamas había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenia fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo.”
- Hechos 14:7-10

En esta enseñanza veremos que debemos hacer para recibir un milagro de Dios.

Siguiendo los pasos que siguió este hombre de Listra, podremos también nosotros recibir el milagro que necesitamos de Dios.


Paso 1
Debes Oír lo que Dios Hará por Ti

Nuestra historia empieza con Pablo y Bernabé predicando el evangelio en la ciudad de Listra, la cual quedaba en la provincia de Licaonia.

¿Qué cosa es el evangelio? En primer lugar el evangelio significa buenas noticias.

Pablo y Bernabé estaban predicando buenas noticias a la gente de Listra.

En Marcos 16:15 Jesús le dijo a sus discípulos: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado.”

La primera buena noticia del evangelio es que ya no tenemos que ir al infierno, porque Jesús pagó el precio de nuestro pecado en la cruz; lo único que debemos hacer es creer en el evangelio.

En Lucas 4 Jesús nos dice en que consiste el evangelio:

LUCAS 4:18-19
18 El Espíritu del Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;
19 a predicar el año agradable del Señor.


¿Cuáles son las buenas noticias para los pobres?

Que ya no tienen que vivir mas en pobreza porque nuestro Dios suple todas nuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús; además nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos y él desea que prosperemos en todas las cosas así como prospera nuestra alma (Filipenses 4:19, 1 Timoteo 6:17, 3 Juan 2).

El mundo esta acostumbrado a la pobreza y la escasez, pero Dios tiene otros planes para ti, ¡El quiere bendecirte abundantemente!

¿Cuáles son las buenas noticias para los quebrantados de corazón? Que Dios quiere sanarlos.

Como dice en Mateo 11:28-30: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”

Jesús es nuestra paz, cuando estamos pasando por tiempos difíciles, El es quien trae reposo y consuelo a nuestras almas.

¿Cuáles son las buenas noticias para los cautivos? Que ya no tienen que estar mas tiempo atados por el diablo; Jesús en la cruz derrotó al diablo y nos dio autoridad sobre él.

En 1Juan 4:4 dice: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.”

El mayor vive en ti; ya no tienes porque estar viviendo más con temor al diablo; porque el Dios que está en nosotros es mayor que el diablo que está en el mundo.

Sin embargo, mucha gente es como el hermano que pasó corriendo a toda velocidad, un amigo lo detuvo y le preguntó: “¿Qué estas haciendo?” Y el hermano le contestó: “Estoy haciendo correr al diablo.”

Su amigo lo felicitó, pero el hermano le dijo: “Si, estoy haciendo correr al diablo, yo corro y el me persigue.”

En Santiago 4:7 dice: “Someteos a Dios, resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

No eres tu quien debe correr del diablo, es el diablo el que debe correr de ti.

¿Cuáles son las buenas noticias para los ciegos? Son dos cosas, en primer lugar nos habla de la ceguera física. Parte del evangelio es la sanidad divina; y además en los evangelios se ven muchas sanidades de ciegos.

Pero este pasaje además nos habla de la ceguera espiritual.

En Juan 8:12 Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de vida.”

La buena noticia para el ciego, es que ya no tiene que andar en las tinieblas del pecado.

Ahora podemos caminar en la luz de la Palabra de Dios, siendo guiados por el Espíritu Santo, sabiendo que somos hijos de Dios.

En 1 Juan 1:5-7 dice: “Este es el mensaje que hemos oído de él: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”

Al caminar en luz, tenemos la seguridad de que nuestros pecados están siendo perdonados.

Como dice en 1 Pedro 2:9-10: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero que ahora habéis alcanzado misericordia.”

Tenemos la luz de Dios en nosotros por haber recibido a Jesucristo, la luz del mundo, en nuestros corazones.

Esa es la luz que recibimos los ciegos, ya no tenemos porque vivir mas tiempo en el pecado. Solo debemos recibir a Cristo para que esa luz empiece a brillar en nuestros corazones.

¿Cuáles son las buenas noticias para los oprimidos? Que pueden ser libres de toda opresión del diablo.

HECHOS 10:38
38 Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


En este pasaje vemos que la enfermedad es una opresión del diablo; de la cual Jesús vino a sanarnos.

Esto es lo que Pablo y Bernabé estaban predicando en Listra ese día. Y esas son las cosas que el paralítico de Listra estaba oyendo

El empezó a ver que no tenía que estar mas tiempo enfermo, un cambió empezó a producirse en su interior.

Si tu quieres un milagro en tu vida lo primero que tienes que hacer es ver lo que el evangelio puede producir por ti.

En Josué 1:8 dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

El éxito en la vida cristiana se encuentra en la Palabra de Dios.

En 1 Juan 5:14-15 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”

La clave para la oración respondida es orar de acuerdo a la voluntad de Dios, ¿y dónde encontramos su voluntad? En la Biblia.

Dios nunca responderá una oración a menos que esté basada en Su Palabra.

Por ese motivo es que debemos llenarnos cada día de la Palabra. Debemos colocarla una y otra vez en nuestro corazón para poder disfrutar de las bendiciones que Dios ha provisto para nosotros.

En Marcos se encuentra la historia del leproso que se acercó a Jesús.

MARCOS 1:40-42
40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla le dijo: Si quieres puedes limpiarme.
41 Y Jesús, teniendo misericordia él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, se limpio.
42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y le dejó.


Aquí podemos ver a este leproso, que había oído acerca de los milagros y las sanidades de Jesús, pero no sabía si quería sanarlo.

El no conocía cual era la voluntad de Dios en su caso; pero Jesús en el verso 41 le dijo cual era Su voluntad respecto a su enfermedad. Le dijo: “Quiero se limpio.”

En Juan 8, Jesús nos habla acerca de conocer la voluntad de Dios.

JUAN 8:31-32
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.


La Palabra de Dios es la voluntad de Dios que nos hace libres.

Cuando el leproso escuchó las palabras de Jesús, él supo que la voluntad de Dios era sanarlo. Supo que no iba a tener que volver a vivir atado por la lepra, y le fue fácil recibir de Dios.

Al ir de manera constante a la Palabra de Dios, conocerás la voluntad de Dios respecto a la situación que estás enfrentando, y podrás recibir las cosas que necesitas de Dios.

Eso fue lo que hizo el cojo de Listra (Este oyó hablar a Pablo); y es lo que va ha tener que hacer tu, si quieres recibir tu milagro de Dios.

martes, 24 de marzo de 2009

Como Ministrar Sanidad Divina a Otros - Parte 8

Tercera Parte
Enséñale a la Persona que Jesús ya lo Sanó


Lo tercero que debes de hacer es decirle a la persona que Jesús ya lo ha sanado

Debes decirle a la persona lo que Jesús ya hizo por el: que tomó sus enfermedades, sufrió sus dolores y que por sus llagas ya fue sanado.

Ahora que ya sabes esto, debes de transmitirlo a otras personas.

Tengo un amigo que hace varios años empezó su ministerio de sanidad y que se le murieron las 20 primeras personas por las que oró.

Después de estas 20 personas muertas el hermano estaba completamente desanimado: "Señor, ¿no me mandaste acaso a orar por los enfermos?"

"Si," le dijo el Señor; y el hermano le respondió: "¿Y por qué se mueren? Ahora los hermanos me están llamando el Dr. Mortis, todos se están burlando de mi, dicen que si voy a orar es muerte segura, ¿que pasa Señor?".

Y el Señor le respondió: "¿Qué haces cuando vas donde los enfermos?"

"Bueno Señor, yo simplemente voy a visitar al enfermo al hospital, le digo que voy a orar por él, le impongo las manos y me voy".

El Señor le dijo: "Mira hijo, estás haciendo mal, mi Palabra dice que la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios, el enfermo no tiene fe para recibir su sanidad y por eso se muere. Lo que tienes que hacer enseñarle lo que la Biblia dice de la sanidad, luego le preguntas si quiere ser sanado, y al final lo ministras para que reciba la sanidad, y así será sanado."

Lo volvieron a llamar al hermano para que ministre a un enfermo grave, así que el hermano fue e hizo lo que el Señor le había dicho.

Le explicó lo que la Biblia dice en Isaías 53:4-5, Mateo 8:17 y Primera de Pedro 2:24, donde dice que Jesús tomó nuestras enfermedades, sufrió nuestros dolores y que por sus llagas fuimos curados; después de eso le preguntó si quería recibir su sanidad, como el enfermó dijo que si, el hermano lo ministró y el enfermo fue sanado inmediatamente.

A partir de entonces el ministerio del hermano cambió completamente y hasta hoy la gente sigue siendo sanada a través de su ministerio.

El hermano había aprendido una gran verdad, debemos enseñarle a la gente la Palabra de Dios.

Cuando estudiaba en el Centro de Entrenamiento Bíblico formaba parte de un grupo de evangelismo que visitaba los hospitales los martes, jueves y sábados.

Íbamos a visitar a los enfermos, les ministrábamos la Palabra y orábamos por ellos; y muchas veces cuando regresábamos al hospital ya no se encontraban los enfermos, estaban sanos.

En un día común sucedía lo que me pasó una vez.

La hora de visita en el hospital era de 2 a 4 de la tarde; así que cuando terminaba el horario de visita nos escondíamos en los baños, las escaleras o cualquier sitio, y de ahí empezábamos a visitar cuarto por cuarto a los enfermos.

Un día teníamos que ir a cuidados intensivos, un enfermero tenía a su tía en estado de coma así que me hizo pasar junto con una hermana.

Llegamos donde la tía, y oramos para que salga del coma, y la mujer de unos 80 años, salió del coma y nos preguntó: "¿Dónde estoy?"

Unos pacientes del otro cuarto nos llamaron cuando vieron lo que pasó y nos dijeron que querían recibir lo que la señora había recibido; les compartimos de la sanidad divina, lo que Cristo hizo por ellos y los ministramos, uno de los dos que no podía caminar empezó a caminar y la otra persona que tenía un tumor en la pierna, sentí como se disolvía en mis manos.

Vinieron entonces los doctores y nos sacaron del pabellón.

En esa época no estaba en el ministerio a tiempo completo, solo era un simple creyente, compartiendo la Palabra de Dios y ministrando a otros.

Todos los creyentes podemos ministrar a otras personas.

Tú puedes orar por los enfermos, Dios quiere usarte a ti; a ti que estás ungido, a ti que tienes la autoridad, a ti que sabes que eres sano por las llagas de Jesús.

En Marcos 16:17 Jesús dijo: "Pondrás las manos sobre los enfermos y se sanarán". En Santiago 5:4-5 dice que también podemos ungir a los enfermos con aceite en el nombre del Señor porque la oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará.

Hay muchos métodos para ministrar a los enfermos, el asunto es si es que tú estás dispuesto a creer y hacer la Palabra de Dios, los milagros empezarán a ocurrir en tu vida.

Solo tienes que atreverte.

No debemos estar con la actitud que dice: ¿Y si no sana? ¿Y si no pasa nada? Mejor que el pastor ore.

Yo empecé a orar por los enfermos cuando ni siquiera soñaba que sería pastor, era un simple miembro de la iglesia. En realidad, yo empecé a predicar cuando recién me había convertido. Era un joven de 17 años que predicaba de persona a persona.

Un joven o adulto cualquiera lo puede hacer.

La edad no interesa, una vez escuché a un señor de 60 años que se convirtió y dijo: "60 años serví al diablo, 60 años serviré a Dios". y se puso a predicar por todos lados.

Nosotros ya hemos sido sanados por las llagas de Jesús, ahora nos corresponde a nosotros ministrar la sanidad.

Ahora nos toca a nosotros ir y ministrar a los enfermos.

viernes, 20 de marzo de 2009

Como Ministrar Sanidad Divina a Otros - Parte 7

Si dice que Él sufrió nuestros dolores, llevó nuestras enfermedades y por sus llagas fuimos curados, ¿cómo es eso de que Él me sanará algún día?

Dios ve las cosas en tiempo pasado y la gente ve las cosas en tiempo futuro.

Porque la sanidad está apuntando siempre a la cruz; nuestra sanidad está apuntando siempre a la cruz que fue el día que el precio fue pagado.

Ese día Jesús llevo tu enfermedad; ese día sufrió tu dolor, ese día por su llaga fuiste tú curado.

Así que el punto no es que Dios te va a sanar sino recibir lo que ha sido pagado, lo que ha sido cancelado, lo que Cristo ya hizo.

Jesús ya pagó el precio de tu sanidad, tu sanidad ya esta provista. Ya está disponible para ti.

Mucha gente recibe su sueldo a través del banco; es decir, los empleadores colocan el sueldo de su personal a través de un banco para que ellos lo retiren en la fecha indicada.

En quincena o fin de mes, o en la fecha acordada el dinero es depositado en el banco a nombre del empleado.

El dinero ya está dispuesto, la persona solo debe ir al banco, o al cajero automático del banco y retirar su sueldo.

Ahora, ese dinero no será tuyo, el dinero ya es tuyo, lo único que haces es retirar lo que te pertenece.

Si no quieres cobrarlo ese dinero sigue en el banco, sigue estando disponible para ti porque es tuyo, sencillamente has decidido no retirarlo.

Del mismo modo ya fue el día del pago; Jesús ya pagó el precio por nuestra sanidad hace 2,000 años; nuestra sanidad ya fue depositada en el banco celestial, de nosotros depende acercarnos y retirar lo que ya fue depositado para nosotros.

A los ojos de Dios el pago ya fue hecho, nosotros ya fuimos sanados por las llagas de Jesús.

La sanidad ya es tuya, no tienes que trabajar para obtenerla, ya está dispuesta para ti.

Puede que estés sufriendo, puede que tengas una enfermedad, pero en el banco de Dios ya está provista tu sanidad.

Solo tienes que recibirla.

Pero el problema es que mucha gente no la recibe porque no sabe que ya está dispuesta para ella.

Algunas personas dicen: "Dios me va a sanar si es su voluntad, si Dios quiere sanarme el conoce mi casa, conoce mi teléfono y hasta mi correo electrónico. Así que Él puede venir y avisarme".

No es así, Dios ya te sanó, solo vas a recibir lo que ya es tuyo; vas a recibir lo que ya te pertenece.

¿Te acuerdas que el Espíritu Santo es las arras de nuestra herencia?

La arras sencillamente son el pie o anticipo que garantiza que lo que compras ya es tuyo.

Cuando compras un auto o una casa al crédito das un anticipo, das la inicial, lo cual garantiza que el auto o la casa ya es tuya.

Te dan el título de propiedad y ya puedes subirte al auto o entrar a la casa y empezar a disfrutar de lo que ya es tuyo.

Del mismo modo, la garantía de tu herencia ya te fue entregada.

La sanidad ya te fue dada, es tuya, es parte de tu herencia, solo tienes que recibir lo que te pertenece; y como tu sabes que te pertenece también puedes compartirlo con otras personas.

lunes, 16 de marzo de 2009

Como Ministrar la Sanidad Divina a Otros - Parte 6

Lo segundo que debes hacer es conocer lo que la Biblia dice acerca de la sanidad divina

Mucha gente no recibe sanidad y no puede ayudar a otros porque no sabe lo que la Biblia enseña de la sanidad divina, y está lleno de tradiciones, lleno de religiosidad, lleno de ideas preconcebidas, lleno de temor.

Hace años conocí un pastor joven, que tenía unos 40 años, al que le dio cáncer, que decía que Dios le dio el cáncer para enseñarle algo.

Nunca supimos lo que Dios le quiso enseñar porque se fue al cielo.

Y sería gracioso sino es porque fue tan triste.

Mucha gente se va al cielo antes de tiempo diciendo: "Yo se que Dios me va ha sanar; algún día Él me sanará".

La sanidad no es algo en el futuro.

La sanidad se pagó hace 2,000 años.

En la misma cruz que Jesús estaba muriendo por nuestros pecados también sanó nuestros cuerpos.

En Isaías 53:4-5 podemos ver esto: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados."

Notemos que son palabras en tiempo pasado.

"Llevó" está en tiempo pasado.

"Sufrió" también está en tiempo pasado.

"Fuimos" está en tiempo pasado.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Como Ministrar la Sanidad Divina a Otros - Parte 5

Tu has sido llamado para hacer las obras de Jesús en esta tierra; ¿Y cuales eran las obras de Jesús en esta tierra? Él predicaba, enseñaba y sanaba a los enfermos.

En Mateo 4:23 dice: "Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo." Y en Mateo 9:35 dice: "Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo."

Las obras de Jesús consistían en predicar, enseñar y sanar a los enfermos; y eso debemos hacer hoy porque estamos ungidos para eso.

Él nos dio el ejemplo para que también hagamos lo mismo; podemos ver esto al leer los Evangelios donde Jesús hacía estas cosas.

Tú puedes hacer también las obras de Jesús en esta tierra y ser de bendición para la gente porque tienes la unción.

En Juan 14:12 dice: "De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre."

¿Cuáles son las obras mayores de las que habla Jesús?

Cuando Jesús estuvo en la tierra ninguna persona nació de nuevo, porque el Espíritu Santo no había sido enviado porque Jesús aún no había sido glorificado.

Pero cuando Jesús murió y resucitó, el Consolador fue enviado a la tierra.

Y fue la primera vez que estuvo con los discípulos después de resucitar que Jesús que Jesús sopló sobre ellos y ellos recibieron el Espíritu Santo.

Juan 20:19-22
19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.


Las mayores obras son que nosotros predicamos el Evangelio y resucitamos muertos cada día. Cada vez que predicas el Evangelio y una persona nace de nuevo, ¡tú resucitas un muerto espiritual!

Resucitamos gente que está muerta espiritualmente, los cuales estaban yendo al infierno pero que ahora han pasado de muerte a vida; sus pecados son perdonados, y ahora son salvos, ahora tienen la vida eterna; tienen el Espíritu Santo y tienen la unción, como tú.

¿Sabías que el día más traumático de Satanás fue el día de Pentecostés?

Porque ese día, cuando el Espíritu Santo se derramó sobre la iglesia, el diablo se dio cuenta y dijo: "Uyuyuy, antes era solo Jesús y ahora son 120."

Y un rato después Pedro predicó y se convirtieron 3,000 más y ahora eran 3,120.

Ese día le dio un patatús al diablo. Quedó completamente traumatizado cuando vio gente completamente ungida como Jesús.

Y tu estás entre esa gente ungida.

Hay gente que le tiene miedo al diablo pero el diablo es quien te tiene miedo a ti; porque Cristo está en ti; y por eso tu estás ungido.

Para poder ministrar a otros, tú debes saber quien eres; y si sabes quien eres podrás ministrar a otros.

Durante mis casi 30 años de cristiano he visto muchísimos cristianos derrotados, y esto sucede principalmente porque no saben quienes son en Cristo.

No saben que están en Cristo, no saben que tienen la unción, no saben que tienen la autoridad. No saben que tienen el poder.

¡Algunos ni siquiera saben que tienen el Espíritu Santo!

Pero tú lo tienes.

Tu eres más que un vencedor (Romanos 8:37).

¿Que significa ser más que un vencedor? Sencillamente que alguien venció por tí y que tu estás disfrutando la victoria.

Un pastor se fue a almorzar con el evangelista que había invitado a su iglesia. Comieron una gran y abundante cena y llegó la hora de pagar la cuenta.

"Yo pago", dijo el evangelista; "No, yo pago", dijo el pastor; y así estuvieron un rato mientras los ánimos de ambos se iban caldeando.

Cuando estaban listos a golpearse. el mozo les dijo que vean la cuenta; y al verla descubrieron que estaba escrita en ella la palabra "cancelado".

Cuando preguntaron, ¿quién pago?, el mozo les señaló una mesa donde habían unos hermanos sonriéndoles.

Ellos habían disfrutado de la cena sin haber pagado nada.

Nuestra cuenta ya fue pagada, la victoria ya fue hecha, Jesucristo ya venció al diablo, y el diablo ya fue derrotado.

El diablo ya no tiene poder sobre ti, Cristo ya te dio la victoria.

Tú tienes la unción; la unción está en ti; tienes la capacidad porque Dios te la ha dado. Te la ha dado para hacer las cosas que antes no podías hacer pero que ahora si puedes.

Porque Cristo enta en ti; porque no eres tú sino Cristo en ti, porque no es tu poder sino el poder de Dios en tí; es lo que está en ti, la unción que está en ti.

A veces cuando hay varios hermanos orando por una persona y alguien sana dicen: "Fue mi mano, fue mi mano lo que la sanó."

Una vez en una reunión después de orar por una persona un pastor veía su mano, como si hubiese sido su mano lo que provocó el milagro.

¡No! ¡No es tu mano! ¡Es lo que está detrás de tú mano!

No eres tú, es el que está contigo; es el que cuando tu actúas conforme a la Palabra, la respalda con señales y prodigios.

Por eso en Marcos 16:20 cuando dice: "Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían." Lo que en realidad dice en el griego es que él Señor trabajaba juntamente con ellos confirmando la Palabra con las señales que le seguían.

Cuando tú predicas el evangelio Jesús está trabajando juntamente contigo; por eso no debes ir confiado en tus propias habilidades sino confiado en Cristo que está contigo. Porque lo que tú no puedes hacer, Él si lo hace. Además, tú con Él son la mayoría absoluta, son el equipo ganador.

Cristo en tí, tu tienes la unción.

Entonces ya sabes quien eres, eres un ungido eres un cristiano.

Ahora que ya sabes que tienes la unción veamos lo siguiente que debes hacer para ayudar a otros a ser sanados.

lunes, 9 de marzo de 2009

Como Ministrar Sanidad a Otras Personas - Cuarta Parte

Sigamos leyendo Lucas 4

Lucas 4:20-21
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Veamos lo que pasa acá; Jesús les está diciendo: "Hoy se ha cumplido delante de ustedes esta Escritura."

¿Que Escritura? Lo que dice en Isaías 61, que es lo que estaba leyendo Jesús; que la unción estaba sobre Él.

Y la unción sigue sobre Jesús porque en Hebreos 13:8 dice que Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre.

Jesús no ha cambiado, el sigue haciendo lo mismo el día de hoy; pero ¿cómo lo hace hoy? A través de su cuerpo.

La iglesia es llamada el cuerpo de Cristo, Jesús es la cabeza y nosotros el cuerpo.

Efesios 1:22-23
22 Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Jesús es nuestra cabeza.

En el Salmo 133, hablando de la unción y la comunión dice lo siguiente:

Salmo 133
1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3 Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

De ese mismo modo la unción viene sobre Jesús que es la cabeza y desciende sobre todo su cuerpo.

En Mateo 28:18-19 cuando habla de la autoridad del creyente dice: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."

Es decir, cuando Cristo resucitó, recibió toda la autoridad, y si la cabeza recibió la autoridad también la recibió su cuerpo; y lo que Jesús les está diciendo es que ya que el recibió toda la autoridad, también la tiene su cuerpo; es decir nosotros que somos la iglesia.

La cabeza no puede recibir los pies y que los pies se queden sin ella. Tú eres el cuerpo de Cristo y como tal recibiste la unción.

Tu ya tienes la unción, porque como Él es, eres tú en este mundo (Primera de Juan 4:17).

Como Cristo es, eres tú en este mundo; si Jesucristo es ungido, tu también eres ungido.

Es por eso que nos llamamos cristianos; cristiano significa uno como Cristo; o un pequeño Cristo; o como me dijo hace años un hermano: "Eres un cristito".

Cristo significa "el ungido"; entonces el cristiano también significa "uno que es ungido".

Al llamar a tu hermano "cristiano" le estás diciendo que es un ungido; no le estás diciendo que será un ungido; como si hablásemos de algo en el futuro sino que en el presente ya es un ungido. Es un ungido hoy.

Tú ya tienes la unción, y es por la unción que hay en ti que puedes hacer algo. Y es por esa misma unción que tu puedes hacer las obras de Jesús en esta tierra.

sábado, 7 de marzo de 2009

Como Ministrar Sanidad a Otras Personas - Tercera Parte

En Hechos 10:38 dice: "cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."

Dios ungió a Jesús de Nazaret con un propósito, en este caso particular para hacer bienes y sanar a todos los oprimidos por el diablo.

La unción vino sobre Jesús para hacer algo.

Vamos al capítulo 4 de Lucas donde nos habla más específicamente de la unción sobre Jesús.

Lucas 4:14-18
14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.
15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido PARA. . .

La unción es PARA; la unción es PARA; la unción no es solo para guardártela; la unción es siempre para hacer algo.

Sigue diciendo:

Lucas 4:18-19
18 Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido PARA dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.


Vemos aquí el propósito del ministerio de Jesús; predicar, liberar, sanar, dar buenas noticias.

El evangelio son siempre buenas noticias, hemos sido ungidos para predicar buenas noticias.

¿Cuál es la buena noticia para el pobre? Que en Cristo ya somos ricos. No lo seremos sino que ya lo somos.

Sea que tengas dinero o que no lo tengas ya eres rico; solo tienes que aprender a caminar en la bendición que ya está en ti.

Son buenas noticias para los pobres, no tienen que quedarse en el estado en el que están; porque por medio de Cristo ya somos ricos.

Pero también son buenas noticias para el enfermo; no tienes porque estar más tiempo enfermo; Jesús ya tomó tus enfermedades, llevó tus dolencias y por sus llagas ya fuiste curado.

El evangelio son buenas noticias para tí y para los demás; y tu haz sido llamado, haz sido ungido por Dios para hacer algo.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Como Ministrar la Sanidad Divina a Otros - Parte 2

¿Que es la unción? Es el poder de Dios para hacer lo que no puedes hacer; el poder de Dios que te capacita para hacer algo.

La palabra unción es sinónima de la palabra untar.

A quien no le gusta el pan con mantequilla, es una de las cosas que más me gusta; me pueden colocar palta, jamón, pate o mermelada y mi preferida siempre será la mantequilla.

¿Qué sucede cuando colocamos la mantequilla a un pan? ¿Cómo queda la mantequilla? Quedan juntos, unidos, pegados.

Si le echamos mantequilla a un pan, ¿se la podemos quitar? no podremos hacerlo, por más que tratemos y tratemos la mantequilla siempre quedará pegada al pan.

Es lo mismo que pasa contigo; tú estás en Cristo; Cristo está en ti, su unción está pegada en ti.

Un predicador decía una vez: "El Espíritu Santo esta contigo cuando tú manejas, pero cuando empiezas a manejar a más de 100 kilómetros por hora se va."

Eso es una gran falsedad; el Espíritu Santo sigue contigo; y si vas a 200 kilómetros por hora sigue contigo; y si aceleras a 300 kilómetros por hora sigue ahí, y si llegas a los 500 kilómetros por hora y te matas, y te vas al cielo; el Espíritu Santo estuvo contigo todo el tiempo, no se va en ningún momento.

El Espíritu Santo está morando en ti, la unción está sobre ti.

Ahora, lo que debemos entender es que la unción viene sobre nosotros y nos capacita para hacer algo. La unción no es solo para nosotros es también para llevarla a los demás. La unción que Dios te dio no es solo para tí sino también para que la lleves a otros lados; para poder ministrar a otras personas.

sábado, 28 de febrero de 2009

Como Ministrar Sanidad a Otras Personas - Primera Parte

¿Cómo ayudar a una persona a ser sanada?

Porque a veces nos encontramos con gente enferma y no sabemos que hacer. Le decimos "te invito al culto el día domingo" y nos encontramos en lunes; y se te muere la persona durante la semana.

¿Que hacer para ayudar a una persona para que sea sanada?

Lo primero que debes hacer es saber que estás en Cristo.

Tu estás en Cristo, si Cristo en ti tú estás en Él.

La palabra Cristo significa "el ungido" y si estás en Cristo significa que estás en el Ungido y en su unción.

En 1 Juan 2:20 y 27 dice que la unción está en tí.

1 Juan 2:20, 27
20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.


La unción del Espíritu Santo está sobre ti y la unción permanece. La unción no se va, la unción permanece en ti.

La unción está siempre contigo; si caminas para adelante la unción está contigo; si caminas para atrás la unción sigue contigo, si vas para el costado la unción continúa a tu lado. Si te acuestas la unción sigue ahí y cuando te levantas también.

En Efesios 1:13-14 dice lo siguiente: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria."

Cuando tú recibiste a Jesús fuiste sellado con el Espíritu Santo de la promesa. Esto no es el bautismo con el Espíritu que recibiste posteriormente; sino que en ese momento recibiste a la persona del Espíritu Santo en tí.

Al nacer de nuevo el Espíritu Santo vino a morar en tí; y cuando vino el Espíritu Santo vino la unción sobre tí; por ese motivo es que tu y yo tenemos la unción.

Tú no tendrás la unción, ¡tú ya la tienes!

viernes, 20 de febrero de 2009

Sanidad en 2 Pactos - Parte 2

Cuando vemos lo que dice la Biblia de Israel veremos que ellos no eran hijos de Dios, sino que eran esclavos de Dios.

En Levíticos 25:55 dice: “Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saque de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.” Y en Isaías 41:8 dice: “Pero tu, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.”

Dios llama al pueblo de Israel: “mis siervos.”

Pero, la traducción literal para siervo es esclavo, así que ellos eran esclavos de Dios.

Sin embargo en Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hilos de Dios.”

Dios llama a los creyentes: “hijos.”

Si Dios quiere que sus esclavos estén sanos, ¿cuánto mas lo querrá para sus hijos?

En Hebreos 8:6 dice: “Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejore promesas.”

Nosotros estamos en un mejor pacto que el pueblo de Israel; un pacto que está establecido sobre mejores promesas.

¿Qué significa que algo sea mejor que otro?

Por ejemplo, ¿qué es mejor, un billete de $10 ó un billete de $100?

Ciertamente un billete de $100. ¿Por qué? Porque un billete de $100 contiene al billete de $10; es decir, $100pueden comprar todo lo que $10 y mucho más.

Esto ocurre del mismo modo con el Antiguo y el Nuevo Pacto. El Nuevo pacto incluye al Antiguo. Es decir el Nuevo Pacto posee todas las cosas que tiene el Antiguo Pacto y mucho más.

Si Dios proveyó sanidad para sus esclavos en el Antiguo Pacto; también la ha provisto para sus hijos en el Nuevo Pacto.

Volviendo al Salmo 107:20, dice que: “Envió su palabra y los sanó, y los libró de su ruina.”

En Juan 1:1-3,14 vemos cual es “su palabra”: “En el principio era el Verbo (Logos), y el Verbo (Logos) era con Dios, y el Verbo (Logos) era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Y aquel Verbo (Logos) fue hecho carne, y habito entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

La palabra Verbo es Logos, que significa palabra.

Jesús es la palabra que Dios envió para sanar nuestras enfermedades y dolencias. Como vimos anteriormente, Jesús mismo tomó nuestras enfermedades y dolencias.

No es la voluntad de Dios que ningún creyente pase enfermedades en esta tierra, sino que completen el número de sus días.

En Santiago 5:14 se pregunta a la iglesia: “¿Está alguno enfermo entre vosotros?” De esta pregunta vemos que no era común que hubiese enfermos entre los creyentes.

Esto es porque deberían conocer Mateo 8:17 donde dice: “Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias.” Y 1 Pedro 2:24 donde dice: “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis curados.”

Deberían conocer estos versos y caminar en salud divina.

En Santiago 5:14-15 Vemos lo que debería hacer la persona enferma: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubieren cometido pecados, le serán perdonados.”

Es decir, si se debe llamar a los ancianos de la iglesia es que Dios ha provisto sanidad para la iglesia.

En una iglesia había un grupo de hermanas ancianas que se reunían todos los martes en el templo para orar. Un día en que solo estaban ellas en la iglesia; una señora llamó para decir que fuese alguien a orar por su esposo que estaba muriéndose.

Inmediatamente llamaron al pastor para decirle lo que pasaba, pero no había nadie contestó. Entonces una de ellas se levantó y dijo: “En Santiago 5:14 dice que si alguno esta enfermo que llame a los ancianos de la iglesia; así que, nosotras debemos ir pues somos las ancianas de la iglesia.” Las demás señoras convinieron con ella y decidieron ir a la casa de la señora que llamó.

Cuando llegaron, una de ellas le pidió aceite a la dueña de casa, y ella les trajo una botella de aceite de un litro que aun no había sido usada. Fueron donde el enfermo, le leyeron Santiago 5:14-15, lo rociaron completamente con el litro de aceite, e hicieron la oración de fe. ¿Saben que pasó? El enfermo se levantó inmediatamente de la cama completamente sanado.

En el Nuevo Pacto hay sanidad para la iglesia.

Somos hijos de Dios y El proveyó sanidad para nosotros.

sábado, 7 de febrero de 2009

La Sanidad en los 2 Pactos - Parte 1

En el Salmo 105:37 dice: “Los sacó con plata y oro; y no hubo en sus tribus enfermo.”

Siempre recuerdo la escena de la película “Los Diez Mandamientos”, cuando un jovencito esta empujando a un anciano ciego que le decía: “Yo no veré la tierra prometida, pero tú si”.

¡Nada más lejos de la verdad!


Cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto, la Biblia dice que no había ningún enfermo. Todo el pueblo que salió de Egipto, estaba sano.

Es interesante ver, que en ese momento, cuando todo el pueblo de Dios estaba saliendo de Egipto, y aun no habían tenido tiempo de quebrantar el pacto, todo el pueblo de Israel estaba sano.

En el Salmo 107:17-20 vemos que la enfermedad vino a ellos debido a su rebeldía contra la Palabra de Dios y su rechazo a su consejo.

“Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades; su alma abominó todo alimento, y llegaron hasta las puertas de la muerte. Pero clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones. Envió su palabra y los sanó, y los libró de su ruina.”

La rebelión contra el pacto que tenían con Dios provocó la enfermedad en ellos, a tal grado que estaban a punto de morir.

Al clamar ellos a Dios, al dejar su rebelión y volver al pacto, Dios envió Su Palabra y los sanó.

¿Por qué sucedió esto?

Debido a que ellos se salieron, por decisión propia, de la protección del pacto que Dios tenía con ellos.

El pacto que Dios hizo con ellos era como un paraguas. Si en un día lluvioso estamos debajo de un paraguas, no nos mojaremos; pero si en plena lluvia nos salimos del paraguas, terminaremos empapados.

Es como salir cuando llueve sin paraguas, a mi me ha pasado, la lluvia empezaba de improviso mientras estaba en la calle y yo terminaba completamente empapado.

Esto fue lo que sucedió con Israel; cuando ellos se salieron del pacto por decisión propia, no pudieron ser protegidos del ataque del diablo, y se enfermaron. Pero, cuando ellos clamaron a Dios, y volvieron a su pacto, Dios envió Su Palabra y los sanó.

Dios siempre nos sana a través de Su Palabra.

Todos estos versos que hemos visto tratan acerca de Israel; pero, eso no significa que Dios no haya provisto sanidad para nosotros en el Nuevo Pacto.

viernes, 6 de febrero de 2009

La Sanidad Divina y el Perdón de Pecados

En Deuteronomio 7:12-15 dice: “Y por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Y te amará y bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría. Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados. Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto que tu conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos lo que te aborrecieren.”

Dios ama, bendice y multiplica a Su pueblo. Su voluntad era prosperarlos materialmente y bendecirlos en todo lo que emprendiesen.

Pero no solo los bendijo económicamente sino que no permitió que hubiera enfermedad en ellos mientras caminaron en Su pacto. Recuerde que el verso 15 dice: “Y quitará Jehová de ti toda enfermedad.”

El libro de Salmos esta lleno de versos de sanidad.

En el Salmo 103:3-5 dice: “El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.”

Es evidente que la enfermedad vino por causa de la desobediencia de la ley pues: “El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias.” De ahí podemos concluir que el perdón por su desobediencia significaba la sanidad de sus cuerpos.

Posteriormente, Jesús puso esto en evidencia en Marcos 2:1-12: “Entró Jesús en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar los pecados sino solo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Entonces el se levantó enseguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.”

En este pasaje, Jesús coloca a la sanidad y al perdón de pecados en la misma mano. El perdón de pecados en el paralítico, representaba la sanidad en su cuerpo.

jueves, 5 de febrero de 2009

¿De que moriremos? - Parte 2

La pregunta es: Si Dios ya proveyó sanidad, ¿de que moriremos?

No tenemos que morir enfermos, en Génesis 25:8 dice: “Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años....”

En Génesis 35:29 dice: “Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido con su pueblo, viejo y lleno de días....”

En Génesis 49:33 dice: “Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió los pies en la cama y expiró....”

Abraham, Isaac y Jacob murieron sin enfermedad ni dolor, y llenos de días, solamente entregaron su espíritu.

Esa es la forma que Dios quiere que partamos al Cielo, sin enfermedad ni dolor, completando el número de nuestros días, habiendo cumplido el plan que Dios tiene para nosotros.

Cuando el Hermano Kenneth Hagin se fue al Cielo, el sencillamente terminó su desayuno, sonrió a su esposa y se fue, sin enfermedad ni dolor, simplemente entregó su espíritu.

Un hecho que debemos notar, es que mientras Israel caminó en el pacto que tenía con Dios, no se registra ninguna enfermedad. Tampoco hubo ningún bebé, o de algún joven que haya muerto prematuramente. Nadie murió antes de tiempo porque como establecía el pacto ellos completaron el número de sus días.

miércoles, 4 de febrero de 2009

¿De que moriremos? - Parte 1

La Sanidad A Través de la Biblia

Como hemos visto en Malaquías 3:6 y Santiago 1:17 nuestro Dios no cambia. Si Dios hizo algo en el pasado, también lo hará hoy.

Por eso, de la misma forma como Dios trató a la gente en el Antiguo Testamento, es la misma forma que lo hace en el Nuevo.

Aun desde antes del Antiguo Pacto que Dios hizo con Israel podemos ver referencias de sanidad en la Biblia.

El caso más impactantes es el de la sanidad de la esterilidad de Sara a los noventa años para dar a luz a Isaac.

Como dice en Hebreos 11:11: “Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.”

Isaac también oró por su esposa que era estéril y ella concibió: “Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer” (Génesis 25:21).

Veamos ahora la sanidad en el pacto que Dios hizo con Israel, que es conocido como la Ley o el Antiguo Pacto.

En Éxodo 15:26 dice: “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, he hicieres lo que es recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna de las enfermedades que envié a los egipcios te enviare a ti; porque yo soy Jehová tu sanador."

Dios le estaba diciendo al pueblo de Israel que mientras ellos caminasen a la luz de su pacto, no habría ninguna enfermedad entre ellos.

Como vimos anteriormente, una traducción literal del hebreo de este pasaje es: “No permitiré ninguna de las enfermedades que permití en los egipcios.”

Dios no envió las enfermedades sobre los egipcios, Él permitió que las enfermedades llegasen a ellos pues no estaban bajo su protección. Satanás fue quien los enfermó.

Dios declara aquí que Él es el Sanador. La palabra hebrea que se usa es Jehová – Rapha, que significa: “Yo soy Jehová tu medico, soy el Dios que te sana.” Dicho de otro modo, nuestro medico es el Dr. Jehová.

En Éxodo 23:25-26 dice: “Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y el bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tus tierras; y yo completaré el número de tus días.”

El vuelve a presentarse como nuestro medico, y luego dice que el completará el número de nuestros días.

La pregunta es: Si Dios ya proveyó sanidad, ¿de que moriremos?

lunes, 2 de febrero de 2009

Podcast: Tu ya fuiste sanado

En esta enseñanza del Pastor Ricardo Botto podremos aprender los principios bíblicos para poder recibir nuestra sanidad.




domingo, 1 de febrero de 2009

Quinta Tradición La Enfermedad es la Disciplina de Dios

5 Tradiciones que se Levantan en Nuestro Camino a la Sanidad


Quinta Tradición
La Enfermedad es la Disciplina de Dios

Esta es una excusa que es más una forma de traer condenación a la persona enferma; y también de decirles, si es de Dios, sopórtala.

Es verdad que la Biblia dice: “Porque el Señor al que ama disciplina. . .” (Hebreos 12:6). Sin embargo no dice: “El Señor enferma al que ama.”

Es un error tomar una pequeña porción de la Biblia y tratar de probar algo.

No hay referencia a la enfermedad en este texto. La palabra disciplina no significa enfermedad o dolencia en el texto original griego.

Al leer el diccionario de palabras griegas de Vine aprendemos que la palabra disciplina significa entrenar a un niño, educar o enseñar. Así como los bebés necesitan ser enseñados y corregidos para poder crecer como niños saludables y adultos, así también los bebés cristianos necesitan ser enseñados y corregidos para crecer y llegar a ser cristianos espiritualmente saludables. Esta palabra en el griego original significa que necesitan ser disciplinados y gobernados.

Muchos de los problemas de hoy se originan en la falta de disciplina y entrenamiento religioso en el hogar. Los niños deben ser disciplinados, corregidos y entrenados en amor.

En Mateo 7:9-11 dice: “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

Dios nos entrena y disciplina con mano amorosa, “porque el Señor al que ama disciplina.”

Así que la enfermedad no viene por disciplina de Dios, no lo acusemos por algo que no hace.

sábado, 31 de enero de 2009

Cuarta Tradición: Estoy Sufriendo Para La Gloria De Dios

5 Tradiciones que se Levantan en Nuestro Camino a la Sanidad

Cuarta Tradición
Estoy Sufriendo Para La Gloria De Dios

Otra respuesta típica de la gente que no puede explicar por que motivo esta enferma, en su ignorancia creen que están sufriendo para la gloria de Dios.

Los que apoyan esta creencia usan, por lo general, el capítulo nueve de Juan, donde se encuentra la historia del ciego que Jesús envió al estanque de Siloé.

Sus discípulos le preguntaron si había pecado él o sus padres, provocándole la ceguera. Jesús les dijo: “No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”

Algunos concluyen con este verso que el hombre nació ciego para que Dios obtenga la gloria con ello.

Sin embargo, Jesús continuo diciendo: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entretanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.” Las obras de Dios no se manifestaron en el ciego hasta que Cristo hizo aquello para lo cual fue enviado; cuando sanó la ceguera del hombre.

¿Qué podemos decir de Lázaro? ¿No dice la Biblia que estaba enfermo para la gloria de Dios? Al leer la historia en el capítulo 11 del evangelio de Juan, vemos que Jesús estaba con sus discípulos cuando le llegaron noticias que Lázaro estaba enfermo.

En lugar de correr al lado de su amigo, Jesús se tardó a propósito. Le dijo a sus discípulos: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella” (verso 4).

Cuando Jesús legó a Betania con sus discípulos, hacía 4 días que Lázaro estaba muerto. Marta corrió a Jesús y le dijo que si hubiese estado ahí, su hermano no hubiera muerto. Jesús le dijo que era la resurrección y la vida:

Juan 11:24-26
24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?


Poco después, Marta se quejó de la orden de mover la piedra de la tumba que dio Jesús; ella sabía que el cuerpo estaba descompuesto y apestando después de 4 días. Por lo que Jesús le dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Verso 40).

Marta no había visto aún la gloria de Dios. No veía la gloria de Dios en su hermano porque aún no se había manifestado. La gloria de Dios se manifestó en la resurrección y sanidad de Lázaro. No solo fue resucitado, sino que también fue sanado de la enfermedad que le causo la muerte.

Dios es glorificado por la sanidad y la liberación, no por la enfermedad y el sufrimiento.

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