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sábado, 13 de abril de 2013

Primera Tradición: Dios Enferma a las Personas


Marcos 7:5-9
5  Le preguntaron,  pues,  los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos,  sino que comen pan con manos inmundas?
6  Respondiendo él,  les dijo: Hipócritas,  bien profetizó de vosotros Isaías,  como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí.
7  Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
8  Porque dejando el mandamiento de Dios,  os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber;  y hacéis otras muchas cosas semejantes.
9  Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

Unos de los mayores obstáculos para recibir la sanidad viene de las tradiciones de los hombres.

Estos obstáculos no solo vienen de la tradición, sino también de las supersticiones, y de la mala interpretación de las Escrituras.

Para poder quitar estos obstáculos que nos impiden recibir sanidad, veamos algunos de las más conocidas.

Primera Tradición
Dios Enferma a las Personas

Esta es una de las excusas que más he escuchado, que Dios enferma a las personas.

Muchos creyentes piensan que el diablo se fue de vacaciones y Dios está haciendo su trabajo sucio.

Es increíble como las personas leen la Biblia superficialmente, de modo que llegan a creer cosas sin tomar en cuenta el contexto general de la Biblia.

En los foros cristianos por Internet me he encontrado con mucha gente que les encanta acusar a Dios de ser el autor de las enfermedades y las cosas malas en general, les gusta defender su derecho para sufrir ya que piensan que esa es la voluntad de Dios. 

Por ejemplo, ellos usan el Antiguo Testamento para decir que Dios envía enfermedades sobre las personas.

Uno de sus versos favoritos es Éxodo 15:26 donde dice: “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”

Otros versos que usan son Isaías 45:7 que dice: “Que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad (otras versiones dicen “creo el mal” y otras “creo la desgracia”). Yo Jehová soy el que hago todo esto.” Y Miqueas 1:12 donde dice: “Porque los moradores de Marot anhelaron ansiosamente el bien; pues de parte de Jehová el mal había descendido hasta la puerta de Jerusalén.”

Es obvio que estos pasajes escritos en la Versión Reina Valera no nos dan el verdadero significado del manuscrito original en idioma hebreo. Sabemos que Dios no crea las tinieblas; y que el mal no viene del cielo. Dios solo permite el mal, no lo crea.

El mal no puede venir del cielo, porque ahí no hay mal. Dios permitió que venga, pero no lo creó. Tampoco creó la enfermedad. Solo permite que venga como resultado de la desobediencia del hombre.

Como decía John Alexander Dowie: "La enfermedad es el asqueroso engendro de su padre el diablo y su madre el pecado."

El problema para esto es que los autores de la Biblia Reina Valera y otras versiones han hecho un mala traducción en varios pasajes y han traducido los versos en el sentido causativo cuando debería haber sido traducido en el sentido permisivo.

Robert Young, señala este error en su libro Sugerencias y Ayudas para la Interpretación Bíblica. Dice que Éxodo 15:26 se traduce literalmente de esta manera: “Ninguna enfermedad, que yo permití que sean traídas sobre los egipcios, permitiré que sean enviadas sobre ti, porque yo soy el Señor que te sana.”

Un caso particular es su aplicación del libro de Job, ellos afirman con convicción que Dios enfermó a Job; pero al leer un poco la Biblia nos damos cuenta que esto no fue así, No fue Dios quien lo hizo, Satanás fue quien lo hizo.

En Job 2:4-7 vemos esto claramente: “Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano;  mas guarda su vida. Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.”

Aquí la Biblia es clarísima cuando dice que no fue Dios quien enfermó a Job sino Satanás.

Como dice en Hechos 10:38: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” 

Jesús es el sanador, y Satanás el enfermador.

No existe ningún caso en la Biblia en que Dios ó Jesús hayan puesto enfermedad sobre alguien.

Además si Dios era el que enfermaba a la gente, Jesús se levanto contra la voluntad misma de Dios ya que el sanó a todos los enfermos.

Ya basta de echarle la culpa a Dios del trabajo sucio de Satanás, echemos la culpa a quien realmente lo merece.

No es Dios quien te manda la enfermedad, sencillamente es un ataque del diablo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Quinta Tradición La Enfermedad es la Disciplina de Dios

5 Tradiciones que se Levantan en Nuestro Camino a la Sanidad


Quinta Tradición
La Enfermedad es la Disciplina de Dios

Esta es una excusa que es más una forma de traer condenación a la persona enferma; y también de decirles, si es de Dios, sopórtala.

Es verdad que la Biblia dice: “Porque el Señor al que ama disciplina. . .” (Hebreos 12:6). Sin embargo no dice: “El Señor enferma al que ama.”

Es un error tomar una pequeña porción de la Biblia y tratar de probar algo.

No hay referencia a la enfermedad en este texto. La palabra disciplina no significa enfermedad o dolencia en el texto original griego.

Al leer el diccionario de palabras griegas de Vine aprendemos que la palabra disciplina significa entrenar a un niño, educar o enseñar. Así como los bebés necesitan ser enseñados y corregidos para poder crecer como niños saludables y adultos, así también los bebés cristianos necesitan ser enseñados y corregidos para crecer y llegar a ser cristianos espiritualmente saludables. Esta palabra en el griego original significa que necesitan ser disciplinados y gobernados.

Muchos de los problemas de hoy se originan en la falta de disciplina y entrenamiento religioso en el hogar. Los niños deben ser disciplinados, corregidos y entrenados en amor.

En Mateo 7:9-11 dice: “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

Dios nos entrena y disciplina con mano amorosa, “porque el Señor al que ama disciplina.”

Así que la enfermedad no viene por disciplina de Dios, no lo acusemos por algo que no hace.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Tercera Tradición: Pablo Tenía Un Aguijón en la Carne

5 Tradiciones que se Levantan en Nuestro Camino a la Sanidad

Tercera Tradición
Pablo Tenía Un Aguijón en la Carne

Esta es una favorita de la gente religiosa.

2 Corintios 12:7-10
7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.


El pensamiento que Pablo tenía una enfermedad que Dios no quiso sanar es sostenido ampliamente. Esta enseñanza ha guiado a que muchos crean que la voluntad de Dios debe ser que muchos de sus hijos estén enfermos. Esto ha tenido a muchos atados cuando deberían estar libres.

Una creencia común es que Pablo sufría una dolencia en los ojos que lo tenía casi ciego. La Biblia declara que el Señor Jesús se le apareció en visión a Ananías y lo envió a imponerle las manos a Saulo para que reciba la vista (Hechos 9:12-17). El siguiente verso dice que Dios lo sanó. El concluir que Pablo tenía un problema en los ojos debido a su breve ceguera sería rebajar la obra de Dios.

Cuando Pablo, camino a Roma, estuvo en la isla de Malta, le predicó a la gente y les hablo de la obra redentora de Dios. Si sus ojos hubieran estado llenos de pus, como dicen algunos, ¿hubieran creído estas personas en Dios por su sanidad? Mas la Biblia dice que Pablo impuso sus manos sobre ellos y fueron sanados.

Es verdad que Dios permitió que Pablo tuviese ese “aguijón de la carne,” pero no fue obra de Dios. La Biblia dice que “fue permitido un mensajero de Satanás para abofetearle.” La Biblia no dice que este aguijón de la carne fuese una enfermedad.

Note como se usa esta expresión “aguijón de la carne” en otros lugares de la Biblia. Antes que los hijos de Israel fuesen a la tierra de Canaán, Dios les dijo que destruyesen a los habitantes de esa nación, los cananitas, porque si no lo hacían, les darían problemas a los hijos de Israel, serían un aguijón en su costado. No se habla de enfermedad (Números 33:55).

El aguijón de Pablo tampoco fue una enfermedad; fue un mensajero de Satanás enviado para abofetearlo. En cada lugar donde iba Pablo, el diablo levantaba antagonismo contra Pablo.

Pablo escribió las muchas veces que fue apedreado, azotado y dejado por muerto. Escribió las veces que fue puesto en la cárcel y que incluso luchó con leones. A pesar de ello, en todos sus escritos donde habla acerca de persecuciones y tribulaciones nunca incluye enfermedades. En ningún lugar de la Biblia encontramos que en algún momento de su ministerio Pablo estuviese incapacitado por enfermedad.

¿Por qué permitió Dios que este aguijón en la carne abofetee a Pablo? La Biblia dice que fue para que Pablo no desarrolle orgullo debido a las visiones y revelaciones que había tenido.

Por eso, antes que escuches a alguien declarar que tiene un aguijón en la carne, sería bueno que le preguntes cuantas visiones y revelaciones ha tenido. Muchos de los que piensan que tienen un aguijón en la carne no han tenido ningún tipo de revelación o visión. En su ignorancia y duda lo único que hacen es permitirle a Satanás que los derrote y los mantenga lejos de las bendiciones de Dios.

Sin embargo, hay algunos que tienen un aguijón en la carne en algunas de las formas que tuvo Pablo, porque el diablo esta siempre para levantarle problemas y obstaculizar la obra que están haciendo para Dios. Pero noten que Dios dijo: “Bástate mi gracia.” La gracia de Dios nos da poder para levantarnos por encima de las bofetadas del diablo.

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