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domingo, 13 de noviembre de 2016

PREDICADOR: ¿DESEAS QUE SANEN LOS ENFERMOS DE TU CONGREGACIÓN?

PREDICADOR: ¿DESEAS QUE SANEN LOS ENFERMOS DE TU CONGREGACIÓN? 
Por Dr T.L Osborn



Si yo pudiera ser brusco, lo diría así: - Oramos por los enfermos con los dedos cruzados esperando que “accidentalmente” alguien se sane y haya éxito- . Eso no está bien. Cuando oramos por los enfermos, Dios está preocupado. Sus ojos están sobre nosotros, El ministerio de sanidad está cercano a su corazón. El ministerio de sanidad es importante para nuestro Dios. El es un sanador por naturaleza. El nos hizo y sabe cómo repararnos. Si tengo un reloj y se rompe, no lo llevo al herrero, lo llevo al relojero. Dios hizo nuestros cuerpos y tiene abundancia de piezas extras. Si tenemos un riñón malo, él tiene piezas para reponerlo. Si tenemos un ojo malo, él tiene muchas cámaras para cambiarlo. Nuestro Dios es un sanador. Pero si vamos a esperar resultados, tenemos que enseñarle al pueblo las verdades que FORTALECEN la fe. Entienden eso uds?

Por ejemplo, mucha gente que no sabe si es la voluntad de Dios sanarlo o no, son sinceros aman a Dios, pero sinceramente no saben si es la voluntad de Dios sanarlos entonces no si no están seguros, no es fe. 

Muchos predicadores no lo saben debido a la TRADICIÓN que se nos ha pasado a través del tiempo. Se nos ha enseñado que la voluntad de Dios es sanar algunos y no sanar a otros. Y que la voluntad de Dios es que algunos sigan enfermos, y suelen llamar a la enfermedad "un regalo de amor", otras veces dicen que es para "enseñarles paciencia", Otras veces que su enfermedad es para "glorificar a Dios"; todas estas cosas son tradiciones que nulifican la realidad de la sanidad. Déjenme darles un ejemplo: si un predicador se levanta a predicar sobre sanidad, generalmente predica así: - Job estuvo enfermo, tenía tumores, así que quizá usted los tenga también. Pablo tenía una espina en la carne, que era una enfermedad así que quizá también a usted le toque tenerla, sopórtela. Timoteo tenía el estómago enfermo...- esto es lo que predican y luego dicen: "¿por qué será que nadie se sana?" 

Siempre predican el lado negativo de la cosa... Se olvidan que Job se sanó de los tumores ¡Gracias a Dios que Job se sanó! si Usted se compara con Job, entonces ¡tiene que sanarse! El libro de Job es grande, pero si no estoy equivocado, el período de su enfermedad fue de un año, un período muy corto y Job no tenía nadie que le enseñara sanidad, todo el mundo estaba contra él. Todos le decían que la enfermedad Dios se la había dado, pero él rechazó todas estas ideas y creyó que Dios era el sanador y argumentó contra todos aquellos que querían "reconfortarlo" y se sanó. Así que si Ud. va a ser como Job, sánese. 

También dicen que Pablo estaba enfermo...eso es una idea “tradicional”, Pablo declara por lo menos 19 cosas que podríamos pensar que eran la espina en la carne; pero no menciona nunca que tuviera una enfermedad crónica. Redondeando, el teólogo dice que la espina en la carne de Pablo era una enfermedad. Pero Pablo dice que era un mensajero de Satanás, o sea que la afirmación teológica es carente de sentido común. No tengo tiempo para entrar en el griego y el hebreo, pero jamás podrán establecer con honestidad bíblica, que Pablo tuviera una enfermedad.

Ahora tomen otra idea: 

La gente dice: la enfermedad es para “enseñarnos a ser pacientes” y “para enseñarnos muchas lecciones”; muy bien, entonces vamos a orar para que vengan más enfermedades y así podamos aprender más. ¡ESTO NO TIENE SENTIDO!

Alguien dice que la enfermedad es “un regalo misterioso de amor de Dios”, maravilloso, vamos a orar entonces por más regalos de amor de Dios. De ninguna manera vamos a tratar de deshacernos de ellos, vamos a cuidar bien el cáncer, vamos a cuidar bien las artritis porque todo eso es una bendición... ¡USTED NO CREE ESO!

Otros dicen: la enfermedad es “castigo de Dios”... ¡USTED NO CREE ESO! Usted LO PREDICA, PERO NO LO CREE… ¿sabe por qué lo afirmo? porque usted va y toma píldoras que le calmen el dolor que le está molestando. Si Dios le está dando un castigo entonces ¿para qué va a tomar una píldora para que no le duela el azote? Si usted cree que es el castigo de Dios, pues ¡que le duela! no trate de detenerlo, no trate de buscar al doctor para que se lo corte. ¡Manténgalo y cuide su dolor!... ¿VE QUE TODO ESTO ES RIDÍCULO? 

Usted no lo cree, lo predica como MERA TRADICIÓN; así que ya no predique más estas cosas, empiece a predicar el evangelio el cuál es salvación y sanidad y deje de estar predicando enfermedad, comience a predicar sanidad, para que la gente se sane 

Si usted quiere tener resultados en su ministerio y ver milagros cuando predica tiene que comenzar a predicar algo que no sea que Pablo estaba enfermo, que Timoteo estaba enfermo, o que cualquier otro estaba enfermo. Usted tiene que comenzar ya a predicar las promesas de sanidad en la Biblia.

Si Ud. Quiere ministrar sanidad, tiene que predicar aquellas cosas que ayudarán a la gente a tener fe (certeza) para logren recibir sanidad. Y cuánto más se les hable de esto, más posibilidades de sanar tendrán, pues “la fe es por el oír” (Rom 10:17)


Un Bosquejo para Predicadores:

1- Dios es Sanador : Ex 15:26; Mal 3:6; 

2- Jesús es sanador : Los evangelios están llenos de esto; Hebreos 13:8. Y si Cristo está vivo no pasaron los días de milagros

3- Los discípulos sanaron los enfermos : Mateo 10; Lucas 9. Los evangelios están llenos de esto. Jesús nunca mandó a predicar a los discípulos sin decirles que sanen a los enfermos.

La teología tradicional dice: Esas ordenanzas de sanar eran para los discípulos y ellos ya se murieron, entonces los milagros se terminaron. Esto no es verdad. Un discípulo es un aprendiz o seguidor de Jesús; y Jesús tenía más de 12, tenía cientos y a todos les ordenó sanar a los enfermos. Juan 8:31. Esto quiere decir que si nosotros seguimos en las palabras de Cristo, somos discípulos en el año 2009. Así es que los si discípulos sanaron los enfermos antes, esto no ha cambiado.

4- La iglesia primitiva sanó a los enfermos : Hechos está lleno de esto. Marque con tinta roja donde dice que ellos sanaron. La iglesia primitiva era una iglesia de sanidad y la iglesia de Cristo nunca ha cambiado. Tenemos millones de religiones por todos lados y ellas cambian a menudo. La iglesia verdadera es todavía una iglesia que sana . Mateo 28:19 Enseñándoles que observen todas las cosas que les he enseñado. ¿Qué les dijo a sus discípulos? "sanad a los enfermos", "echaran fuera demonios", "levantad a los muertos", “limpiar a los leprosos”, “de gracia habéis recibido, dad de gracias”, en cualquier ciudad donde entren, sanen a todos los enfermos que hay allí”; “Yo les doy poder y autoridad sobre todos los demonios para curar enfermedades y nada os dañará”. Id a todas las naciones y enseñen a observar TODO lo que les he enseñado . Esto es para HOY, esto es para la iglesia. ¡Esto es para Ud. y para mí!. Y él dice: “yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo”. Todavía es una iglesia que sana. Nunca ha cambiado

5- A todos los creyentes se les ordenó predicar sanidad a los enfermos ; Marcos 16:15; ¿Qué sucede a los que creen?: "estas señales seguirán a los que creen" en mi mano echarán fuera demonios, ¿ha echado usted algún demonio? usted puede hacerlo, vaya y hágalo en el nombre de Jesús. “Estas señales seguirán a los que creen”. “Hablaran en nuevas lenguas, si tomaran cosa mortífera no les dañará”. Si un animal venenoso lo muerde, o le envenenan la comida los opositores, nada le pasará. Pondrán las manos sobre los enfermos y sanarán. “Él dijo Id por todo el mundo”, y el lugar donde vives es parte del mundo, enseñen en todas las naciones. Prediquen a toda criatura hasta el fin del mundo y el mundo todavía no se ha terminado. Aleluya.

Siempre recuerde esto que diré a continuación con relación a las promesas y al ministerio de Jesús, a la sanidad, salvación, milagros, predique sobre esto: Dios no hace acepción de tres cosas: De lugar, de tiempo y de personas. Lo que Dios hizo entonces, Dios lo hará ahora. Lo que hizo por allá, lo hará por acá. Lo que Dios logró para aquellos, también es para estos. Aleluya! Si lo hizo entonces, lo hará ahora en mi día. Si lo hizo allá, lo hará donde yo estoy. Si lo hizo para aquel, lo hará para mí. Me ama a mí tanto como amó a otros antes. Veremos Su obrar tanto donde yo estoy, como lo vio Pedro en Jerusalén o Felipe en Samaria.

“Jesús es el mismo ayer y hoy y por los siglos” ¿qué quiere decir esto para usted? enséñele esto a la gente. Esto significa que Dios es el mismo. Dígale todas las cosas que Dios hizo y dígale que él hará lo mismo hoy. Significa que la Palabra y las promesas SON LAS MISMAS HOY. Permanecen para siempre. 

Cuando Dios habló los mundos comenzaron a existir. La Palabra de Dios permanece para siempre. Cuando dijo "Yo Soy tu Sanador", sigue diciendo esto todavía . Su Palabra ES CONTINUA, nunca cambia, su promesa es buena hoy. Cuando yo escucho que Jesús es el mismo ayer y hoy y por los siglos, entiendo que es el mismo Dios de Adán, de Abraham, de Daniel, de Pedro. No es más pequeño en mí que lo que era en ellos. Cuando yo leo que Jesús es el mismo ayer y hoy y por los siglos, esto me dice a mí que la Palabra en la que confió Moisés es lo suficientemente buena para mí como para confiar yo también. Me dice que la Palabra que salió de la boca de Abraham es buena hoy. La que salió de la boca de Daniel también. Esa palabra tiene poder cuando yo la predico, tiene el mismo poder que cuando salió de los labios de Dios, y cuando yo leo que Jesús es el mismo ayer y por los siglos, tengo una tercera seguridad: el Espíritu Santo no ha cambiado hoy. El Espíritu que se movió sobre Moisés se mueve en mí. El mismo Espíritu del día de pentecostés que vino sobre los 120, está en mí. El mismo espíritu que descansó sobre Jesús descansa sobre mí. Él espíritu que obró los milagros en el libro de los Hechos obra los milagros a través de mí. Dios es el mismo, Jesús es el mismo. La Palabra de Dios es la misma. El Espíritu Santo es el mismo. 

Enseñe esas cosas a los enfermos SI USTED QUIERE que ellos se sanen. 

Mire las Escrituras que respaldan estas cosas, y tendrá un sermón bueno y eficaz
Ninguna de estas cosas ha cambiado.

martes, 24 de marzo de 2009

Como Ministrar Sanidad Divina a Otros - Parte 8

Tercera Parte
Enséñale a la Persona que Jesús ya lo Sanó


Lo tercero que debes de hacer es decirle a la persona que Jesús ya lo ha sanado

Debes decirle a la persona lo que Jesús ya hizo por el: que tomó sus enfermedades, sufrió sus dolores y que por sus llagas ya fue sanado.

Ahora que ya sabes esto, debes de transmitirlo a otras personas.

Tengo un amigo que hace varios años empezó su ministerio de sanidad y que se le murieron las 20 primeras personas por las que oró.

Después de estas 20 personas muertas el hermano estaba completamente desanimado: "Señor, ¿no me mandaste acaso a orar por los enfermos?"

"Si," le dijo el Señor; y el hermano le respondió: "¿Y por qué se mueren? Ahora los hermanos me están llamando el Dr. Mortis, todos se están burlando de mi, dicen que si voy a orar es muerte segura, ¿que pasa Señor?".

Y el Señor le respondió: "¿Qué haces cuando vas donde los enfermos?"

"Bueno Señor, yo simplemente voy a visitar al enfermo al hospital, le digo que voy a orar por él, le impongo las manos y me voy".

El Señor le dijo: "Mira hijo, estás haciendo mal, mi Palabra dice que la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios, el enfermo no tiene fe para recibir su sanidad y por eso se muere. Lo que tienes que hacer enseñarle lo que la Biblia dice de la sanidad, luego le preguntas si quiere ser sanado, y al final lo ministras para que reciba la sanidad, y así será sanado."

Lo volvieron a llamar al hermano para que ministre a un enfermo grave, así que el hermano fue e hizo lo que el Señor le había dicho.

Le explicó lo que la Biblia dice en Isaías 53:4-5, Mateo 8:17 y Primera de Pedro 2:24, donde dice que Jesús tomó nuestras enfermedades, sufrió nuestros dolores y que por sus llagas fuimos curados; después de eso le preguntó si quería recibir su sanidad, como el enfermó dijo que si, el hermano lo ministró y el enfermo fue sanado inmediatamente.

A partir de entonces el ministerio del hermano cambió completamente y hasta hoy la gente sigue siendo sanada a través de su ministerio.

El hermano había aprendido una gran verdad, debemos enseñarle a la gente la Palabra de Dios.

Cuando estudiaba en el Centro de Entrenamiento Bíblico formaba parte de un grupo de evangelismo que visitaba los hospitales los martes, jueves y sábados.

Íbamos a visitar a los enfermos, les ministrábamos la Palabra y orábamos por ellos; y muchas veces cuando regresábamos al hospital ya no se encontraban los enfermos, estaban sanos.

En un día común sucedía lo que me pasó una vez.

La hora de visita en el hospital era de 2 a 4 de la tarde; así que cuando terminaba el horario de visita nos escondíamos en los baños, las escaleras o cualquier sitio, y de ahí empezábamos a visitar cuarto por cuarto a los enfermos.

Un día teníamos que ir a cuidados intensivos, un enfermero tenía a su tía en estado de coma así que me hizo pasar junto con una hermana.

Llegamos donde la tía, y oramos para que salga del coma, y la mujer de unos 80 años, salió del coma y nos preguntó: "¿Dónde estoy?"

Unos pacientes del otro cuarto nos llamaron cuando vieron lo que pasó y nos dijeron que querían recibir lo que la señora había recibido; les compartimos de la sanidad divina, lo que Cristo hizo por ellos y los ministramos, uno de los dos que no podía caminar empezó a caminar y la otra persona que tenía un tumor en la pierna, sentí como se disolvía en mis manos.

Vinieron entonces los doctores y nos sacaron del pabellón.

En esa época no estaba en el ministerio a tiempo completo, solo era un simple creyente, compartiendo la Palabra de Dios y ministrando a otros.

Todos los creyentes podemos ministrar a otras personas.

Tú puedes orar por los enfermos, Dios quiere usarte a ti; a ti que estás ungido, a ti que tienes la autoridad, a ti que sabes que eres sano por las llagas de Jesús.

En Marcos 16:17 Jesús dijo: "Pondrás las manos sobre los enfermos y se sanarán". En Santiago 5:4-5 dice que también podemos ungir a los enfermos con aceite en el nombre del Señor porque la oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará.

Hay muchos métodos para ministrar a los enfermos, el asunto es si es que tú estás dispuesto a creer y hacer la Palabra de Dios, los milagros empezarán a ocurrir en tu vida.

Solo tienes que atreverte.

No debemos estar con la actitud que dice: ¿Y si no sana? ¿Y si no pasa nada? Mejor que el pastor ore.

Yo empecé a orar por los enfermos cuando ni siquiera soñaba que sería pastor, era un simple miembro de la iglesia. En realidad, yo empecé a predicar cuando recién me había convertido. Era un joven de 17 años que predicaba de persona a persona.

Un joven o adulto cualquiera lo puede hacer.

La edad no interesa, una vez escuché a un señor de 60 años que se convirtió y dijo: "60 años serví al diablo, 60 años serviré a Dios". y se puso a predicar por todos lados.

Nosotros ya hemos sido sanados por las llagas de Jesús, ahora nos corresponde a nosotros ministrar la sanidad.

Ahora nos toca a nosotros ir y ministrar a los enfermos.

viernes, 20 de marzo de 2009

Como Ministrar Sanidad Divina a Otros - Parte 7

Si dice que Él sufrió nuestros dolores, llevó nuestras enfermedades y por sus llagas fuimos curados, ¿cómo es eso de que Él me sanará algún día?

Dios ve las cosas en tiempo pasado y la gente ve las cosas en tiempo futuro.

Porque la sanidad está apuntando siempre a la cruz; nuestra sanidad está apuntando siempre a la cruz que fue el día que el precio fue pagado.

Ese día Jesús llevo tu enfermedad; ese día sufrió tu dolor, ese día por su llaga fuiste tú curado.

Así que el punto no es que Dios te va a sanar sino recibir lo que ha sido pagado, lo que ha sido cancelado, lo que Cristo ya hizo.

Jesús ya pagó el precio de tu sanidad, tu sanidad ya esta provista. Ya está disponible para ti.

Mucha gente recibe su sueldo a través del banco; es decir, los empleadores colocan el sueldo de su personal a través de un banco para que ellos lo retiren en la fecha indicada.

En quincena o fin de mes, o en la fecha acordada el dinero es depositado en el banco a nombre del empleado.

El dinero ya está dispuesto, la persona solo debe ir al banco, o al cajero automático del banco y retirar su sueldo.

Ahora, ese dinero no será tuyo, el dinero ya es tuyo, lo único que haces es retirar lo que te pertenece.

Si no quieres cobrarlo ese dinero sigue en el banco, sigue estando disponible para ti porque es tuyo, sencillamente has decidido no retirarlo.

Del mismo modo ya fue el día del pago; Jesús ya pagó el precio por nuestra sanidad hace 2,000 años; nuestra sanidad ya fue depositada en el banco celestial, de nosotros depende acercarnos y retirar lo que ya fue depositado para nosotros.

A los ojos de Dios el pago ya fue hecho, nosotros ya fuimos sanados por las llagas de Jesús.

La sanidad ya es tuya, no tienes que trabajar para obtenerla, ya está dispuesta para ti.

Puede que estés sufriendo, puede que tengas una enfermedad, pero en el banco de Dios ya está provista tu sanidad.

Solo tienes que recibirla.

Pero el problema es que mucha gente no la recibe porque no sabe que ya está dispuesta para ella.

Algunas personas dicen: "Dios me va a sanar si es su voluntad, si Dios quiere sanarme el conoce mi casa, conoce mi teléfono y hasta mi correo electrónico. Así que Él puede venir y avisarme".

No es así, Dios ya te sanó, solo vas a recibir lo que ya es tuyo; vas a recibir lo que ya te pertenece.

¿Te acuerdas que el Espíritu Santo es las arras de nuestra herencia?

La arras sencillamente son el pie o anticipo que garantiza que lo que compras ya es tuyo.

Cuando compras un auto o una casa al crédito das un anticipo, das la inicial, lo cual garantiza que el auto o la casa ya es tuya.

Te dan el título de propiedad y ya puedes subirte al auto o entrar a la casa y empezar a disfrutar de lo que ya es tuyo.

Del mismo modo, la garantía de tu herencia ya te fue entregada.

La sanidad ya te fue dada, es tuya, es parte de tu herencia, solo tienes que recibir lo que te pertenece; y como tu sabes que te pertenece también puedes compartirlo con otras personas.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Como Ministrar la Sanidad Divina a Otros - Parte 2

¿Que es la unción? Es el poder de Dios para hacer lo que no puedes hacer; el poder de Dios que te capacita para hacer algo.

La palabra unción es sinónima de la palabra untar.

A quien no le gusta el pan con mantequilla, es una de las cosas que más me gusta; me pueden colocar palta, jamón, pate o mermelada y mi preferida siempre será la mantequilla.

¿Qué sucede cuando colocamos la mantequilla a un pan? ¿Cómo queda la mantequilla? Quedan juntos, unidos, pegados.

Si le echamos mantequilla a un pan, ¿se la podemos quitar? no podremos hacerlo, por más que tratemos y tratemos la mantequilla siempre quedará pegada al pan.

Es lo mismo que pasa contigo; tú estás en Cristo; Cristo está en ti, su unción está pegada en ti.

Un predicador decía una vez: "El Espíritu Santo esta contigo cuando tú manejas, pero cuando empiezas a manejar a más de 100 kilómetros por hora se va."

Eso es una gran falsedad; el Espíritu Santo sigue contigo; y si vas a 200 kilómetros por hora sigue contigo; y si aceleras a 300 kilómetros por hora sigue ahí, y si llegas a los 500 kilómetros por hora y te matas, y te vas al cielo; el Espíritu Santo estuvo contigo todo el tiempo, no se va en ningún momento.

El Espíritu Santo está morando en ti, la unción está sobre ti.

Ahora, lo que debemos entender es que la unción viene sobre nosotros y nos capacita para hacer algo. La unción no es solo para nosotros es también para llevarla a los demás. La unción que Dios te dio no es solo para tí sino también para que la lleves a otros lados; para poder ministrar a otras personas.

sábado, 28 de febrero de 2009

Como Ministrar Sanidad a Otras Personas - Primera Parte

¿Cómo ayudar a una persona a ser sanada?

Porque a veces nos encontramos con gente enferma y no sabemos que hacer. Le decimos "te invito al culto el día domingo" y nos encontramos en lunes; y se te muere la persona durante la semana.

¿Que hacer para ayudar a una persona para que sea sanada?

Lo primero que debes hacer es saber que estás en Cristo.

Tu estás en Cristo, si Cristo en ti tú estás en Él.

La palabra Cristo significa "el ungido" y si estás en Cristo significa que estás en el Ungido y en su unción.

En 1 Juan 2:20 y 27 dice que la unción está en tí.

1 Juan 2:20, 27
20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.


La unción del Espíritu Santo está sobre ti y la unción permanece. La unción no se va, la unción permanece en ti.

La unción está siempre contigo; si caminas para adelante la unción está contigo; si caminas para atrás la unción sigue contigo, si vas para el costado la unción continúa a tu lado. Si te acuestas la unción sigue ahí y cuando te levantas también.

En Efesios 1:13-14 dice lo siguiente: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria."

Cuando tú recibiste a Jesús fuiste sellado con el Espíritu Santo de la promesa. Esto no es el bautismo con el Espíritu que recibiste posteriormente; sino que en ese momento recibiste a la persona del Espíritu Santo en tí.

Al nacer de nuevo el Espíritu Santo vino a morar en tí; y cuando vino el Espíritu Santo vino la unción sobre tí; por ese motivo es que tu y yo tenemos la unción.

Tú no tendrás la unción, ¡tú ya la tienes!

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