La Sanidad y la Imposición de Manos
Y estas señales seguirán a los que creen: En
mi nombre echaran fuera demonios; hablaran nuevas lenguas; tomaran en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera no les hará daño; sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán.
- Marcos 16:17-18
Este
es el método más común de recibir sanidad divina; y, fue unos de los métodos
que Jesús usó más a menudo en su ministerio. Además, es el método que se usa
comúnmente en los servicios de la iglesia.
En
Lucas 4:40 podemos ver como es que Jesús usaba este método en su ministerio: “Al ponerse el sol, todos los que tenían
enfermos de diversas enfermedades los traían sobre él; y él poniendo las manos
sobre cada uno de ellos, los sanaba.”
Una
cosa que podemos notar en el pasaje de Marcos es que todos los que creyentes
pueden imponer las manos sobre otros.
En
1988 pertenecí al grupo de evangelismo de la iglesia “La Palabra de Fe,” en Lima; todos los martes, jueves y sábados íbamos al Hospital
Rebagliati, el más grande de la ciudad, para orar por los enfermos y
predicarles el evangelio.
Para
mi fue de una gran bendición ver la cantidad de enfermos que fueron sanados y recibieron a Jesús en
esos días .
Un
caso que recuerdo fue el de una señora, que tenia cerca de 80 años, y estaba en
estado de coma; su sobrino que trabajaba en el hospital nos pidió que orásemos
por su tía, y nos hizo entrar a la sala donde estaba aunque era un área
restringida al publico.
Cuando
llegamos, le impusimos las manos a la señora y al instante ella salió del coma,
abrió los ojos, y nos preguntó que le había pasado, se creo una conmoción en el
hospital, empezaron a llegar los doctores y enfermeras, así que tuvimos que
salir del cuarto.
Estando
afuera, nos llamó un señor que estaba en el cuarto del costado, para
preguntarnos que había pasado. Le contamos lo que sucedió y nos pidió que
orásemos por el que no podía mover una pierna, al instante fue sanado, y
recibió a Jesús.
Una
joven que vio esto, nos dijo que orásemos por ella, ya que tenía un tumor en la
rodilla, al imponerle las manos, sentí como el tumor se reducía en mis manos,
le predicamos y recibió a Jesús.
Después
de eso, llegaron los doctores y nos pidieron que nos retirásemos de esa
sección del hospital.
Solo
éramos unos jóvenes creyentes que teníamos un deseo intenso de predicar el evangelio. Algunos
estábamos empezando en el ministerio, pero otro grupo nunca estuvo en el
ministerio, eran simples creyentes.
Dios
quiere usarte, sin importar la edad que tengas.
Cuando
era pastor en Talara, un día tuvimos un culto unido con todas las iglesias de
la zona; al final llamamos a todas las personas enfermas para que pasen
adelante para que los pastores oren por ellas; entre las personas que pasaron,
una señora se arrodilló delante de mí la banca en que estaba mi esposa con mi
hijo Ricardito, que en esa época tenia un año y medio. Mi hijito al verla, pasó
adelante, le impuso las manos en el nombre de Jesús, y la hermana regresó a su
asiento gozosa.
Si
un niño de año y medio puede ser usado por Dios, tú también puedes imponer las
manos sobre los enfermos.
Dios
quiere usarte, solo tienes que atreverte y hacer lo que dice la Palabra, pon las manos sobre los enfermos, y
sanaran.
Cuando
tú pones las manos sobre un enfermo, se pone en funcionamiento la ley del punto
de contacto.
¿En
que consiste esta ley? En el momentos que tú pones tu mano sobre el enfermo; tu
mano se convierte en un punto de contacto, en el que el enfermo puede desatar
su fe para ser sanado.
Ahora, notemos que en
la sanidad siempre se requiere de la fe del enfermo; en un menor o mayor grado.
En Hebreos 11:6 dice: “Pero
sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
No
podemos agradar a Dios sin fe; y, para la sanidad por imposición de manos, se
junta la fe de dos personas, el que impone las manos y la persona que se acerca
para recibir su sanidad.
La
Biblia también nos enseña que hay una unción para imponer las manos sobre los
enfermos. En Hechos 19:11, en la versión amplificada dice: “Y Dios hacia
milagros inusuales y extraordinarios por las manos de Pablo.”
Hay
una unción especial para la imposición de manos; un equipo sobrenatural que
Dios le da ha algunos ministros para cumplir su ministerio. En
esta unción ocurre la ley de contacto y transmisión, en la cual al momento en
que el ministro impone las manos, se desata la unción de Dios para sanidad.
En
el enfermo le ocurre lo que le paso a la mujer que tenia el flujo de sangre en
Marcos 5:29-33: “Y enseguida la fuente de
su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego
Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la
multitud dijo: ¿Quién me ha tocado? Sus discípulos le dijeron: Ves que la
multitud te aprieta y dices: ¿Quién me ha tocado? Pero él miraba alrededor para
ver quien había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo
lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda
la verdad.”
Esta
unción se ve principalmente en los evangelistas, parte de su equipo es la
unción para imponer las manos para sanidad.
La
gente que se acerca a recibir sanidad, por lo general, recibe una descarga del
poder sanador y es sanada inmediatamente.
El gran evangelista de principios de
siglo Raymond T. Richie decía: “La sanidad es la campana de la iglesia.” Él
decía, que en las antiguas plantaciones, a la hora del almuerzo, la cocinera
tocaba la campana, y la gente dejaba sus labores y corría hacia el comedor.
La
sanidad provoca ese efecto en la iglesia, al enterarse que Dios está sanando a
la gente, la gente empieza a ir para recibir de Dios.
Otra
cosa que debemos recordar, es que la sanidad depende también de ti; cuando te
acerques para ser sanado, desata tu fe y cree que estás siendo sanado en el
momento en que te imponen las manos y oran por ti, y como resultado de eso
recibirás tu sanidad.