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viernes, 26 de abril de 2013

Tercera Tradición El Aguijón en la Carne de Pablo era una Enfermedad


Tercera Tradición
El Aguijón en la Carne de Pablo era una Enfermedad

Esta es una de las excusas favoritas de la gente religiosa.

2 Corintios 12:7-10
7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Esta idea de que Pablo tenía una enfermedad que Dios no quiso sanar es ampliamente aceptada. Esta enseñanza ha guiado a que muchos crean que la voluntad de Dios debe ser que muchos de sus hijos estén enfermos. Esto ha tenido a muchos atados cuando deberían estar libres.

Una creencia común es que Pablo sufría una dolencia en los ojos que lo tenía casi ciego. Pero la Biblia nos muestra algo totalmente diferente.

Vemos que el Señor Jesús se le apareció en visión a Ananías y lo envió a imponerle las manos a Saulo para que reciba la vista.

Hechos 9:8-17
8  Entonces Saulo se levantó de tierra,  y abriendo los ojos,  no veía a nadie;  así que,  llevándole por la mano,  le metieron en Damasco,
9  donde estuvo tres días sin ver,  y no comió ni bebió.
10  Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías,  a quien el Señor dijo en visión: Ananías.  Y él respondió: Heme aquí,  Señor.
11  Y el Señor le dijo: Levántate,  y ve a la calle que se llama Derecha,  y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo,  de Tarso;  porque he aquí,  él ora,
12  y ha visto en visión a un varón llamado Ananías,  que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
13  Entonces Ananías respondió: Señor,  he oído de muchos acerca de este hombre,  cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;
14  y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
15  El Señor le dijo: Ve,  porque instrumento escogido me es éste,  para llevar mi nombre en presencia de los gentiles,  y de reyes,  y de los hijos de Israel;
16  porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
17  Fue entonces Ananías y entró en la casa,  y poniendo sobre él las manos,  dijo:  Hermano Saulo,  el Señor Jesús,  que se te apareció en el camino por donde venías,  me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

Además, el siguiente verso dice que Dios lo sanó. 

Hechos 9:18
18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.

El concluir que Pablo tenía un problema en los ojos debido a su breve ceguera la cual fue sanada por Dios sería rebajar la obra de Dios.

Recientemente estuve conversando con una pareja que querían saber acerca del famoso aguijón de la carne de Pablo; yo les dije que solo debían ir a los capítulos 11 y 12 de Segunda de Corintios para ver que cosa era el famoso aguijón de la carne.

Una y otra vez Pablo dice que esa debilidad eran las aflicciones, tribulaciones y persecuciones que recibía debido al hecho de que había sido llamado para predicarle el evangelio a los gentiles.

Es verdad que Dios permitió que Pablo tuviese ese “aguijón de la carne,” pero no fue obra de Dios. La Biblia dice que “fue permitido un mensajero de Satanás para abofetearle.” La Biblia no dice que este aguijón de la carne fuese una enfermedad.

Vea como se usa esta expresión “aguijón de la carne” en otros lugares de la Biblia. 

Números 33:55
55  Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros,  sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados,  y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

Antes que los hijos de Israel fuesen a la tierra de Canaán, Dios les dijo que destruyesen a los habitantes de esa nación, los cananitas, porque si no lo hacían, les darían problemas a los hijos de Israel, serían un aguijón en su costado. No se habla de enfermedad.

El aguijón de Pablo no fue una enfermedad; fue un mensajero de Satanás enviado para abofetearlo. En cada lugar donde iba Pablo, el diablo levantaba persecución contra Pablo.

Pablo dijo en estos capítulos como es que fue apedreado, azotado y dejado por muerto, de los naufragios que sufrió y como fue descolgado por un muro en la ciudad de Damasco.

En otras Epístolas escribió las veces que fue puesto en la cárcel y que incluso llegó a luchar contra fieras; en 1 Corintios 15:32 nos cuenta: “Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha?”

A pesar de esto, en todos sus escritos donde habla acerca de persecuciones y tribulaciones nunca incluye enfermedades. En ningún lugar de la Biblia encontramos que en algún momento de su ministerio Pablo estuviese incapacitado por enfermedad.

Le dije a esta pareja: “Miren bien lo que dice el libro de Hechos; ¿Qué pasaba cada vez que Pablo entraba a una ciudad? ¿Lo recibían con los brazos abiertos?”

Ellos me respondieron que no, que por donde iba tenía persecuciones y tribulaciones.

¿Por qué permitió Dios que este aguijón en la carne abofetee a Pablo? La Biblia dice que fue para que Pablo no desarrolle orgullo debido a las visiones y revelaciones que había tenido.

Por eso, cuando escuches a alguien decir que tiene un aguijón en la carne, sería bueno que le preguntes cuantas visiones y revelaciones ha tenido. Muchos de los que piensan que tienen un aguijón en la carne no han tenido ningún tipo de revelación o visión. En su ignorancia y duda lo único que hacen es permitirle a Satanás que los derrote y los mantenga lejos de las bendiciones de Dios.

Sin embargo, hay algunos que tienen un aguijón en la carne en algunas de las formas que tuvo Pablo, porque el diablo esta siempre para levantarle problemas y obstaculizar la obra que están haciendo para Dios. Pero noten que Dios dijo: “Bástate mi gracia.” La gracia de Dios nos da poder para levantarnos por encima de las bofetadas del diablo.

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