miércoles, 12 de junio de 2013

Aprendiendo a Reconocer la Diferencia entre las Sanidades Iniciadas por Dios y las Sanidades Iniciadas por la Fe del Hombre

Aprendiendo a Reconocer la Diferencia entre las Sanidades Iniciadas por Dios y las Sanidades Iniciadas por la Fe del Hombre


Mucha gente no logra recibir su sanidad porque no se da cuenta de hay una diferencia. 

No siempre es Dios quien inicia las sanidades sino que a veces es la fe del hombre la que inicia la sanidad.

En Juan 5:1-9 vemos un ejemplo de la sanidad iniciada por Dios: “Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda (Misericordia), el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo en el estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacia treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta al agua cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.”

Esta sanidad era empezada por Dios; cada cierto tiempo, enviaba un ángel al Estanque de la Misericordia para que moviera el agua, y el primero que se tiraba al estanque era sanado.

Esta sanidad no fue iniciada por la fe de alguien, fue una expresión pura de la misericordia de Dios.

Esta sanidad no fue iniciada por la fe del hombre, sino que fue iniciada de forma sobrenatural por Dios.

Esto podemos verlo en los dones del Espíritu Santo, en ellos las sanidades llegan por iniciativa del Espíritu Santo, como dice en 1 Corintios 12:11: "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,  repartiendo a cada uno en particular como él quiere."

Entre estos 9 dones se encuentran los dones de sanidades, que son manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios. En 1 Corintios 12:9 dice: “. . . y a otro, dones de sanidades por el mismo espíritu.”

Mucha gente esta esperando que Dios opere siempre de la misma manera. Piensan que Dios siempre va ha iniciar las cosas siguiendo un patrón.

Si Dios obra de una manera en servicio, piensan que el siguiente hará lo mismo; pero las cosas no son así. Ellos pierden su milagro, esperando que Dios haga lo mismo que hizo antes.

Las cosas no son como nosotros queremos, las cosas ocurren como el Espíritu Santo desea.

En Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios. . . .”

Las sanidades no siempre son iniciadas por Dios; por lo general, son iniciadas por la fe de la persona que desea ser sanada.

En Marcos 5:34, Jesús le dijo a la mujer del flujo de sangre, luego de recibir su sanidad: “Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.”

En Marcos 10:52 Jesús le dijo a Bartimeo: " Y Jesús le dijo:  Vete,  tu fe te ha salvado.  Y en seguida recobró la vista,  y seguía a Jesús en el camino." 

En Lucas 17:19 ,e dijo al leproso que regresó: ". . . Levántate,  vete;  tu fe te ha salvado." 


La mayoría de las veces se requiere tu fe para que recibas la obra sanadora que Jesús proveyó para ti en la cruz.

Así que te animo a que aprendas a reconocer entre la sanidad que es empezada por Dios y la que se inicia por tu propia fe.

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